domingo, 14 de septiembre de 2025

SE REEDITA UNO DE MIS LIBROS FAVORITOS: "ALASKA Y OTRAS HISTORIAS DE LA MOVIDA"


Hace unos meses se reeditaba uno de esos libros que te cambian de alguna u otra manera la forma de pensar
y, por ende, la manera que tienes de vivir. Y, para mí, una de esas obras ha sido Alaska y otras historias de la Movida. Atraído, desde siempre, por la magnética figura de Alaska y más, si cabe, en pleno renacimiento comercial de Fangoria, en aquel ya lejano 2002 acudí raudo y veloz a comprar el volumen que terminaba de, por entonces, publicar Rafa Cervera. 
 

En aquella primera lectura que no me llevó un tiempo excesivo en completar por el interés mayúsculo que provocó en mí, descubrí una historia mucho más compleja, enriquecedora y maravillosa de la que por sí misma pudiera ser la biografía de Olvido Gara. Estaba ante el relato con mayor minuciosidad y rigor que se había escrito hasta la fecha sobre aquello que se vino a llamar la Movida madrileña y en el que Alaska, la mayor figura del fenómeno, servía como elemento catalizador de un relato que me abrió los ojos por conocer otras cosas de las que no tenía mucha idea como el punk, los fanzines, el underground, la nueva ola, el pop, la pintura y la ciudad de Madrid, entre muchos otros. Había tantos matices y aristas en la historia que el libro tuvo que ser devorado una y otra vez para asimilar tanto dato y sin poder llegar a hacerlo del nunca del todo, el devorarlo quiero decir, terminó el volumen por asentarse en un lugar privilegiado de mi biblioteca donde sea fácil acudir para la consulta o directamente para el entretenimiento. 

Además de esa influencia que tuvo en mí, “Alaska y otras historias de la Movida” sirvió para revisitar esa nueva ola artística que se desarrolló en Madrid desde finales de los 70 y que, depende con quien entables conversación, se considera que pudo llegar a pervivir toda una década. Una historia que quedó en el imaginario colectivo español, sepultada por los años 90 donde lo moderno era, de alguna u otra manera, darle la espalda, incluso por los que la vivieron en primera persona. Una actitud comprensible entre los que se ahogaban con un chicle demasiado estirado y, por supuesto, desvirtuado por el afán de quien exprimió el asunto buscando rédito político y económico. Durante la última década de siglo, Alaska y Canut abrazaron la electrónica, regresaron al underground más soterrado y divertido y bailaron entre Vulcano y Morocco  

La publicación en 2002 de este libro coincidió con el éxito de Fangoria a nivel de público, que aumentaba de manera progresiva e incesante. En mi opinión, ambos hechos, fueron la brecha inicial que provocó una ola de interés en las nuevas generaciones por aquello que se vino a llamar la Movida madrileña y que condujo a todo un revival en el cine, la música, la pintura y la noche capitalina. 

Y al enterarme de la nueva reedición me doy de bruces con el paso del tiempo. Son 23 los años que ha cumplido uno de mis títulos favoritos, aquel que hizo plantearme el escribir sobre fenómenos tan interesantes como la Movida. Aquel que hizo darme cuenta de que no sólo los anglos tienen cosas interesantes que contar. Que Barcelona, Valencia o Madrid pueden ser tan fascinantes como San Francisco, Manchester o Nueva York. Aquel a través del cual conocí a un autor con el que tan identificado me siento con mucho de lo que escribe. Y una sensación de vértigo me recorre el cuerpo al ser consciente de que son prácticamente el mismo número. Me refiero a los años que han pasado desde su primera publicación hasta hoy que los de ese 2002 respecto al inicio de la Movida. Por eso quiero dar las gracias a Cervera, porque me potenció mi afán por leer, por conocer, por estudiar fenómenos contraculturales, darles valor y ayudarme a tener el valor para divulgarlos a través de mis artículos, videos, entrevistas y eventos.  

jueves, 11 de septiembre de 2025

DAVID GUETTA O EL REY DE LA DANCE MUSIC

 


Se mire como se mire, David Guetta es el rey de la dance music o lo que es lo mismo, la música electrónica de baile. Soy plenamente consciente de que un sector de clubbers lo ha criticado hasta la saciedad, acusándole de traidor e impostor. De venderse a unos sonidos excesivamente comerciales e incluso de no ser un buen discjockey. Y son opiniones entendibles, especialmente desde posiciones puristas. Pero estar en la cresta de la ola con casi 60 años después de décadas de éxito continuado es un enorme logro 

Hace unas pocas semanas lo pude ver en su residencia de los lunes en Ushuaïa, discoteca que no se llenó hasta el momento inminentemente anterior a la aparición del francés en el escenario. Me sorprendió la gran cantidad de espacio que se encontraba libre de personas en el icónico club y la ínfima minoría de asistentes que bailaron durante la tarde con los teloneros en las horas previas a la sesión del deejay. 

Eso sí, minutos antes de aparecer en escena Guetta, miles de personas abarrotaban la sala con su móvil en mano para inmortalizar el momento de la entrada de la estrella mientras un avión nos rozaba las cabezas en mitad de la playa d'en bossa. El volumen subió, los efectos visuales se intensificaron y el personal comenzó progresivamente a bailar mientras se olvidaban, a ratos, de su teléfono móvil. La fiesta por fin había llegado. 

Los temas, muchos de producción propia, eran coreados y aplaudidos por los allí presentes que, de no haber estado en cartel, ese día a la discoteca le habría sobrado más de la mitad de su aforo. A eso se le llama estar en la cresta de la ola. David Guetta ha sido, para bien o para mal, uno de los artífices de mezclar los parámetros pop con la música electrónica de baile, de elevar el asunto discotequero al mayor de los mainstraim y utilizar una escenografía como la que podría ser empleada por ídolos del pop y el rock. El deejay parisino fue aquella noche en la que me acerqué a Ushuaïa, Día Nacional de Francia, protagonista y estrella rutilante. Una vez más, el sonido pasó a un segundo plano con respecto a la imagen, algo de lo que, hasta el propio David, no creo que se sienta especialmente orgulloso. 

A las ovaciones de sus temazos clásicos se les unió la de dos hits revisitados que lo están petando. Por un lado “Forever Young” y por otro “Together” con un discurso previo del deejay más popular de la historia y unas imágenes en los pantallones referenciando una carrera incomparable en la que el público, para él, es lo más importante. Y en ese momento, mientras la canción remezclada de Bonny Tayler sonaba a todo trapo, se recordaban las distintas etapas en la carrera profesional de David Guetta con la proyección sucesiva de fotos y videos en el escenario. Y en ese instante volví a sentir, una vez más, la conexión con este artista, aflorando mi admiración por su inagotable capacidad para reinventarse, para reinventar la escena y para seguir haciendo bailar a miles y miles de personas de, hoy en día, distintas generaciones. David Guetta tiene ese don y lo lleva haciendo desde hace cuatro décadas, llenando espacios en Ibiza, Miami, Tomorrowland y allí donde vaya. Por eso es el rey de la dance music, porque nadie ha logrado algo así en toda su historia. 



miércoles, 3 de septiembre de 2025

MI SESIÓN BAILANDO CON ANYMA EN UNVRS

 


Este era un año importante para Ibiza porque a sus noches regresaba una de las salas estandarte de la isla con nuevo concepto y distinto nombre, el antiguo Privilege ahora es conocido en el mundo entero como UNVRS y recobra el trono de la discoteca más grande del planeta. Con capacidad para 10.000 personasel autodenominado como primer hiperclub del mundo aspira a abrir una nueva etapa en el ocio nocturno desde el pasado 30 de mayo, fecha de su inauguración. 

Un mes y medio después me acerqué por allí para vivir in situ esta nueva experiencia y lo hice en una de las residencias que más está dando que hablar, la de Anyma. 

La sala ha respetado la planta rectangular de su predecesora propuesta y parece mentira, pero una vez dentro sientes que sigues estando allí, en Privilege. Eso sí, un Privilege del siglo XXI. Acercándote a la entrada te encuentras un OVNI estrellado en el jardín mientras la gran cúpula ha sido reformulada.  

Al entrar lo haces en una enorme sala que esconde espacios adyacentes como pasillos con efectos luminosos, hamburguesería, terrazas a diferentes alturas y unos servicios cuya espera se hace amena por la pequeña sala que les antecede en donde hay una cabina con deejay 

Desde el primer momento sentí la sensación de llegar otra vez a Privilege para, desde allí, ser empujado por la fuerza de la música al futuro. Un futuro hecho presente en el que UNVRS no ha dudado en potenciar esa sensación a través de elemento futuristas, de cierta oscuridad tecnoindustrial y una estética basada en el universo, los ovnis, la tecnología y el hombre máquina. Toda una declaración de intenciones que va más allá y establece una idiosincrasia que entronca con la cultura de club más genuina. 

Los espectáculos visuales de aquella noche fueron impresionantes y basta echar un vistazo a las redes sociales para que te aparezcan de manera continua al haberse hecho virales durante el estío. 

Me gustó especialmente el hombre cuyos musculosos brazos se prolongan en cables luminosos y el ser de dimensiones gigantescas observa a la muchedumbre desde un ventanal acabar la sesión. Una sesión a la que vale la pena acudir para sentir la nueva escena clubbing de Ibiza.