domingo, 21 de marzo de 2010

PEOPLE´S FOREVER


Nació a finales de los sesenta para convertirse rápidamente en el templo del jolgorio y la fiesta para miles y miles de vizcaínos.
Hoy es el día que cierro los ojos y dejándome llevar por la nostalgia la recuerdo a la perfección. Recuerdo aquella plaza repleta de gente coronada por el gran letrero donde se podía leer el nombre de la mítica discoteca. Recuerdo aquella puerta, exigencia de compostura y orden, lugar de suplicas y lloros por entrar, de carnets y falsos DNIs, de maquillajes que intentaban aparentar y entradas amarillas, verdes, blancas y azules (con las que las chicas pasaban gratis).
En el interior un gran hall nos daba la bienvenida, trajín de gentes, secretos al oído, pasarela de gente guapa, de minifaldas y plataformas…A la derecha, donde se situaba el guardarropa, dejábamos nuestras mejores galas y un poco más adelante el baño de los chicos.
Era el momento de abrir aquel cortinón de colores horteras, paradójico preludio de la oscuridad aliada y mágica que nos esperaba en el interior. Y allí estaba, nuestra segunda casa, su láser, su bola de discoteca, sus dos barras, sus asientos, su música infinita, su cabina… y la pista. Esa pista donde tantos y tantos de nosotros disfrutamos, esa pista donde varias generaciones presenciaron las actuaciones de sus artistas favoritos, donde se esperaba a los lentos para acercarte a esa persona tan especial, donde todos bailamos felices…
Una pista de la que podías abstraerte y ser a la vez admirada desde una perspectiva perfecta e íntima: el piso de arriba. Artificio de leyendas, de cotilleos, de parejas, de sueños…
El Peoples cerró sus puertas hace ya una década pero aunque sus sesiones ya no saquen brillo a la noche de Basauri la discoteca seguirá existiendo para todos y cada uno de los que un día nos pasamos por allí y comprobamos la energía positiva de un lugar irrepetible.

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