miércoles, 12 de septiembre de 2012

EN LA PISTA DEL CIRCO

Definitivamente las discotecas han vuelto a convertirse en salas de fiesta. La música y el baile pasan a segundo o quinto plano y lo importante es el espectáculo visual. Antes, hace cuarenta años como poco, en salas como “Hollyday”, “Garden” o “Tiffanys” eran comunes las actuaciones del humorista de turno o el concurso de camisetas mojadas. Era la adaptación de la verbena de pueblo a esos templos de moqueta y columna de espejos. Hoy se ha vuelto a ello, en plan revival y con cierto barniz de moderneo pero con un fondo cutre y antiguo. Antes había artistas sobre el escenario, hoy están sus hijos ni-nis o concursantes de realitys enseñando tipín. Es la vulgarización del famoseo y la farándula.

Y así, las grandes salas, han decidido abandonar la cultura de club (si es que alguna vez la tuvieron) y se lanzan a los brazos de este tipo de sesiones o al pop MTVero más comercial con base en la electro-patxanga. En definitiva, es la vuelta a la escena disco más chusca con aires, eso sí, de rupturismo e innovación.
¿Y qué queréis qué os diga? A ratos me parece divertido. Ahora, la innovación, la cultura de club y la música, ejem, ¿qué me expliquen dónde coño están? Porque venderme ese teatro como “lo último” es un puro engaño.
Pero amigos, así está la pista, que más que de discoteca parece de circo. Eso sí, deberían ir pensando en colocar de nuevo sofás en los garitos, tal y como había antaño. Y así poder echar alguna cabezadita, yo al menos lo agradecería.

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