martes, 28 de febrero de 2017

LA ALTERNATIVA A LA TELE

Como bien sabéis, la música es territorio hostil para la televisión actual. En un mundo edulcorado a base de postureo y uniformidad, los progamas donde puedan aparecer grupos y bandas auténticas de todo tipo de géneros en los que expresen libemente sus inquietudes creativas son nulos. A cambio, todos los canales nos deleitan con talent shows al uso llenos de rebozados del refrito del frito del guiso, una grasa sónica capaz de infartar a cualquiera. Además de ser programas que no aportan nada a la innovación sónica y la cultura, se encorseta al artista en parametros ajenos a los suyos, haciendoles sentir como un animal de feria en plena pista del circo. La diferencia está en la recompensa, para unos un trozo de pan, para otros, someterse al juicio público de un jurado que prima criterios como la simpatía del concursante o la pena que pueda dar por cuestiones personales, cuanto mayor sea la desgracia, mayores los ingresos, especulación de los sentimientos.
Otros espacios intentan ser o parecer, no me queda claro, más democráticos y dan la palabra al Pueblo pero a veces el guión no se desarrola según lo previsto y acaba no correspondiendo con lo premeditado y, claro, suceden cosas como las de Eurovisión.
 Por eso, algunos hemos encontrado un reducto en Internet, donde podemos encontrar gente indepediente, que dice lo que piensa, que carece de grilletes y yugos. Ellos no disponen de faraónica parafernalia, de potente luminotecnia  o vestuario de marca pero su discurso, su oferta, que es lo que a mi me interesa, me encanta. Y es que innovan, crean, producen algo suyo, no son meras marionetas dirigidas por técnicos en marketing y publicistas.
Y para muestra, aquí os dejo un par de botones a modo de sendos videos. En el primero, Ibai Sánchez y Yogurinha Borova, un periodista musical de verdad y un artista multidisciplinar de verdad, hablan sin tapujos de todo este tema, chapó a los dos.
Y en el segundo, Le Blond, un grupo de música de verdad, a través de un videoclip, refleja fielmente los nuevos circos catódicos de los que os escribo.




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