lunes, 24 de abril de 2017

THE LOFT, EL PRIMER CLUB DISCO

Dicen que en el San Valentín de 1970, un jóven veinteañero quiso alargar el "Verano del Amor" de hacía un par de años oficializando unas fiestas que serían la antesala de la cultura disco. David Mancuso utilizó para ello su piso ubicado en el 647 de Broadway Street, en medio de los depositos abandonados del SoHo. En su loft de 7 metros de ancho por 30 metros de profundidad instaló el mejor equipo de sonido de Nueva York, nunca reparó en gastos, y aglutinó una parroquia de fieles deseosos de disfrutar eventos donde la música era el centro de todo. Al club sólo se podía acceder con invitación y el alcohol brillaba por su ausencia, a cambio, Mancuso proporcionaba frutos secos, gominolas, frutas y zumos ( cuentan que aderezados con LSD ). En un rincón de la casa, un árbol de Navidad mantenía sus luces encendidas de manera perenne mientras los despojos sociales, a ojos de los bienpensantes, como latinos, negros, gays e indigentes acudían al bautizado como "The Loft". Inclusividad y exclusividad como parametro necesario de la disco music. Mientras, en una cabina construida con forma de rockola, David mezclaba a un volumen justo por debajo de alto, creando una continuidad en el sonido, enlazando temas y jugando con la ecualización para alterar las emociones de los presentes. Los asistentes bailaban, reían y sobre todo se dejaban llevar por la música, por unos agudos brillantes y unos bajos envolventes hasta que sonaba Missa Luba y todos estallaban a llorar en la pista de baile. Era otra época, era el inicio de todo.



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