Entre 1983 y 1985 se emitió un espacio televisivo de esos que, con el tiempo, acaban siendo denominados de culto. Estoy refiriéndome a “La edad de oro”, un programa con pretensión de contar, sin tapujos, que estaba sucediendo en aquello que se vino a llamar la Movida, ya sea en lo referente a cualquiera de sus disciplinas. Y es que además de música, la nueva ola trajo otras cosas interesantes en diferentes ámbitos como el del cine, la pintura, la escultura, el cómic, la escultura, etc. Y mientras estaba claro cuál iba a ser el contenido, el continente se alineó de plano con aquella estética, con aquella actitud y la manera de hacer las cosas en una edad dorada para la cultura y la libertad. Para algunos de sus protagonistas, los de la Nueva Ola me refiero, la Movida ya se había superado porque la ubicaron más a finales de los años 70 que en los 80 pero para otros la historia bien puede entenderse que se desarrolló hasta finales de esta década. Muchos, seguramente, hagan coincidir el fin de La Movida con el de La edad de oro. Y es que ya sea por su planteamiento como por su influencia tuvo gran impacto entre la juventud más inquieta del momento.
A los mandos del engendro se encontraba Paloma Chamorro y, curiosamente, para su primer programaba, se volvió a juntar a Kaka de Luxe, grupo considerado germen musical de la nueva ola cuya fugaz trayectoria finalizó en 1978. En el plató se juntaban jóvenes que fumaban y bebían mientras disfrutaban de entrevistas y conciertos de los grupos más punteros. Cochambre para algunos, vanguardia para otros. Lo que está claro es que ese ambiente contestatario, descarado y libre traspasaba las pantallas y su tiempo porque, hoy en día, es habitual ver una retaila de mensajes favorables de jóvenes actuales en los videos del programa que están colgados en Youtube. La mayoría sorprendidos y flipando con aquel tinglado, donde lo políticamente incorrecto era ser políticamente correcto. Y todo emitido en la segunda cadena de la televisión pública, un hecho que no debe pasar desapercibido tampoco para quienes, como yo, queremos intentar comprender y entender una época, una escena, una movida, en definitiva.
Por allí pasaron, semana tras semana, durante dos temporadas, todo aquel que en la cultura underground de la época estaba haciendo algo interesante. Alaska, “El Zurdo”, Almodovar, Mariscal, Cervera, Fabio MacNamara, los hermanos Auserón, Ceesepe y así hasta un largo etc. A la Chamorro se le acusaba de enchufismo al llevar allí a sus amiguetes pero ella rauda, como siempre, contestó: “No Tengo la culpa de que mis amigos sean estrellas”.
Hay que decir también que a los sectores más conservadores de la sociedad no les hacía ninguna gracia que aquella tropa de desarrapados coparan el segundo canal de la televisión pública y no dejaron de arremeter semana sí y semana también con lo que para ellos era una morralla humana contraria a los valores católicos. Finalmente, esta presión unida a lo costoso de hacer el programa, unido al cansancio de Paloma acabó con su retirada de emisión por parte de la dirección de TVE en 1985.


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