martes, 20 de marzo de 2012

LA MÚSICA DEL FUTURO

La música de baile siempre ha tenido un importante componente futurista y la innovación se ha constituido como elemento esencial e intrinseco a ella. Desde la música disco setentera hasta la EBM más oscura, el dance ha llevado como bandera el "carpe diem" e incluso fue un poco más allá de lo marcado por el archiconocido lema punk "No future!", sí había futuro y la música electrónica de baile era la música de ese futuro. Desde su popularización en la década de los 70, el imaginario de sus seguidores siempre estuvo lleno de autómatas, de color plateado, de naves espaciales o mundos postnucleares. Su empuje creativo nos exigía, no sólo la negación de un anclaje en el pasado, sino dejar de lado el presente para tocar tiempos venideros en una postura netamente artística, trasgresora y si me apuras, nihilista.
¡En cuántos flyers no apareció el slogan "vive ahora la música del siglo XXI"!
¿Y sabeís qué? Pues que tenían razón. La primera década del nuevo y tan esperado milenio, en lo musical no nos ha aportado nada nuevo. Si a finales del siglo XX la música electrónica de baile explotó en un Universo de estilos, subgéneros e híbridos del house, acid, techno, synthpop, trance, gabba, EBM, new beat, minimal... los últimos diez años se han regodeado en todo lo anterior. Lo moderno hoy en día es lo que era moderno hace treinta años, las pistas de nuestras salas se han reconvertido a estilismos y actitudes cercanas al primigeneo sonido disco. Las Divas House se presentan como iconos de la sofisticación a generaciones que desconocen quién fue Donna Summer o Diana Ross.
El pop se ha rendido a los sonidos electrónicos y la música de los 40 Principales ha adoptado el lado más comercial del dance como banda sonora. Pero... ¿qué pasará ahora? Quizá sea el momento de pararnos, de disfrutar de verdad el terremoto sónico del último cuarto de siglo pasado, de mantener ese futurismo desde una concepción retro y quién sabe, tomar impulso para nuevas y apasionantes escenas aun por descubrir. O eso espero.

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