jueves, 12 de mayo de 2016

CUANDO BILBAO QUISO SER IBIZA

Ibiza, desde sus tiempos hippies, siempre fue musa para otros lugares del mundo que quisieron emular su ambiente y filosofía. Ya en los 80, con la llegada del acid, Manchester o Londres, importaron de la isla blanca el fenómeno, justo cuando el imperio de las dos cerezas comenzaba su expansión en Madrid.
Bilbao, por su parte, también cayó a sus encantos y algunos locales y promotores de fiestas importaron desde los años 90 la música house. Con el nuevo siglo y la popularización masiva de las partyes ibicencas, hubo un furor reverencial hacia todo lo proveniente de la Pitiusa y en Vizcaya no dejaban de aparecer rumores acerca de la ubicación de una ansiada sala Pachá. Más si cabe cuando la vecina Santander contaba con una discoteca de la cadena de Urgell donde cuenta la leyenda urbana, acudían los futbolistas del Athletic. Todo parecía indicar que los alrededores de Getxo (esa California botxera) sería el sitio indicado para ubicar la sucursal del glamour y lo chic pero finalmente en el año 2011 y en pleno centro de Bilbao abría Pachá. Pese a la visita de Paris Hilton, el lujo impostado y el pijerío con calzador, la cosa no cuajó. La presión vecinal y una gestión nefasta hizo que Pachá bajará la persiana en cuestión de meses.
Aún así, este año pasado otra marca de referencia en el ocio nocturno ibicenco aterrizaba en el Puerto Deportivo de Getxo con las expectativas por todo lo alto. Café del Mar proponía a la beatiful people unas puestas de sol a la par de las de San Antonio y claro, aquí la beatiful people se va de pintxos y kalimotxo. La idea no prosperó y hoy el local se encuentra cerrado.
Y es que lo queramos o no, esto no es el Mediterráneo y Bilbao debe encontrar su espacio y personalidad propia porque tiene entidad para ello aunque muchos se empeñen en convertirla en una ciudad de provincias, nido de sucursales sin enjundia.




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