martes, 13 de agosto de 2019

CENSURA Y TANGANA



Han pasado ya varios días desde que el Ayuntamiento de Bilbao cancelara el concierto de C. Tangana programado para su inminente Semana Grande y todavía continua la cascada de opiniones al respecto. El asunto no es nuevo, desde siempre el reggaeton (ahora también el trap) tuvo mala fama pero el nivel de censura que está sufriendo en los últimos tres años es alarmante. No para el género, que cada día tiene más adeptos, sino para nuestro sistema democrático, que en realidad es lo que a mi me importa. Que el conocido anteriormente como Crema se suba a un escenario y su propuesta se base en la hipersexualización y el escándalo a base de improperios te puede gustar más o menos pero hace fuerte a la democracia y el Estado de Derecho. La acción de censurar propuestas artísticas debilita nuestro sistema de libertades y abre puertas a espacios peligrosos, totalitarios, en los que el arte se reduce a mera propaganda.  
Pero vamos a avanzar un poco más, los temas de reggaeton y trap son piezas de pura fantasia para evadir a jóvenes que ya no creen en nada, que chocan con lo establecido y sueñan con sexo y libertad, igual que lo hizo el rock o la disco music. Escuchar esta música no te hace más o menos machista y en su escena más actual la mujer aparece empoderada en muchos temas y vídeos hasta el punto de que son ellas las que deciden y el sumiso y dominado es él. ¿Lo prohibimos también? ¿La Zowie o Rosalía son machistas? ¿De verdad pensáis eso? 
El problema es que los que nos gobiernan no saben quién son estas dos muchachas, ni que incluso Tangana se significó en las últimas elecciones a favor de los que dicen ser izquierda, ¡toma efecto boomerang!
Y todo porque la política y cierto feminismo se despeñan irremediablemente por el barranco de la emocionalidad, el postureo y la posverdad, despojándolos de su sentido de lucha, convirtiéndose en algo frívolo, en un mero elemento pop, como si fuera una canción de reggaeton. 

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