BILBAO SE DUERME

Bilbao se duerme. Antaño, cuando la noche caía en el "Botxo", las luces de neón iluminaban una ciudad canalla y divertida para hacer olvidar esa mojigatería tan característica en una ciudad esencialmente conservadora. Sin grandes pretensiones y escenas de calado, la vida nocturna en Bilbao tuvo su encanto y cierto grado de atracción  pero hoy todo eso queda en el recuerdo. Su última gran época, los años noventa, son reminiscencias de un pasado lejano que se nos viene a más de uno a la cabeza cuando nos encontramos en el páramo que hoy constituye la noche bilbaina. Y esto no parece tener fin, esta noticia aparecida ayer en "El Correo" nos evidencia hacia donde evoluciona una hostelería en jaque. Con cubatas a ocho y diez euros en plena crisis, un Ayuntamiento empecinado en encerrarnos a las doce en casita y una población cada vez más vieja y enclaustrada en facebooks, plasmas 3D y viajes a Ibiza o Tailandia para encontrar lo que aquí rechazan hace que el futuro no sea especialmente esperanzador.
Se dice que Bilbao es cada vez más cosmopolita, moderna y turística pero lo siento, una ciudad, la que sea, exenta de agitación nocturna es paleta y aburrida. En definitiva, una ciudad dormida.