domingo, 18 de septiembre de 2011

DE LA TELE A LAS CABINAS


Videos como el mostrado reflejan una realidad demasiado habitual en clubes y discotecas de media España con ansias de dinero y nula cultura: el intrusismo que padecen las cabinas de deejays por mediáticos personajes. Y así, mientras los cachés de los verdaderos pinchadiscos se devalua, las estrellas de reailitys han encontrado un filón con pingües beneficios. Nacho Vidal o Fonsi Nieto han utilizado su popularidad en anteriores actividades para usarla como reclamo a la hora de meterse a disjockey y al menos lo hacen, según les he escuchado, desde el respeto a la profesión. Pero lo de Kiko y compañía me parece de Juzgado de Guardia, creo que plantear una sesión de discoteca en estos términos es dejar a la música de baile exenta de cualquier principio y devaluar la figura del disjockey a mono de feria cuyo trabajo no requiere de ningún tipo de destreza ni conocimientos. Lo triste es que hay gente que de verdad siente la música y, seguramente, por cuatro euros, se ocupe de toda la cuestón técnica. En la libertad de empresa queda, para cada uno, como debería de llevar su negocio, faltaría más, pero a mi modo de ver, esto es pan para hoy y hambre para mañana porque plantear la música y las discotecas como mero producto de consumo es abocarlas a su desaparición.

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