Como ya sabeís los habituales de este blog, mi impresión sobre la noche en general y la de Bilbao en particular es bastante negativa. En ella todo parece ser clónico, aburrido, gris...Y el caso es que salir me apetece salir pero ¿a dónde?. Salvo honrosas y dignas excepciones, que las hay, comparar la actual situación con la vivida en épocas pretéritas es un ejercicio tendente a la depresión y la melancolía profunda. Podría resignarme, podría seguir despotricando en este espacio pero he ido un paso más allá. Amigos, he creado mi propio pub, o mejor dicho, mi propio club. Y es que la cultura de club imprime un caracter determinado, distinto... En mi club se puede escuchar pop, dance, rock, disco, Motown...temas míticos para no parar de bailar que todos conocemos y que no ponen en ningún otro puto sitio. ¿Regeatton? Nada. Lo siento. Eso sí, se puede tomar un cubatazo después de cenar mientras ves una actuación o concierto en directo y pasarlo también genial, a horas más tardías, en locas fiestas con sorpresas, performances y deejays.
A los aburridos, intolerantes, macarras de medio pelo y penosos podeís ir avisandoles de que no es su ambiente, al resto simplemente invitaros a salir porque ya tenemos lugar para hacerlo, se llama "Witch Club".
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