lunes, 18 de junio de 2012

MÁS ALLÁ DEL "SYNC"

La cada vez mayor pléyade de famosetes metidos a pincha y el uso indisimulado de programas para mezclar por parte de veteranos deejays curtidos en el vinilo han abierto una polémica acerca de la figura del discjockey. Hace un par de días DJ Neil, proclamaba en su facebook el abandono de los discos y CDs explicando los motivos. ¿Debía realmente darlos?¿Es hora de librarse de prejuicios y lanzarse a los brazos del software?¿Es un deejay menos deejay por usar el traktor?
En mi opinión, hay que dejar claro qué es un discjockjey y entiendo que cualquiera que se mete en la cabina de una disco no merece tal "honor". Igual que yo no soy futbolista por dar cuatro patadas al balón cada domingo con los colegas. Como ocurre en cualquier otra faceta de la vida, considerar a una persona como deejay depende de un recorrido, de una experiencia, de un bagaje. Entonces, si Paquirrín no se apea del burro y sigue llenando salas durante un largo tiempo¿se le puede considerar como discjockey? Indudablemente, sí. Ahora, habría qué ver si es un buen o mal pinchadiscos. ¿Y eso cómo se sabe?
Yo tengo tres nítidos criterios para juzgar la calidad de un deejay.
Primero: su cultura musical. Un tío que se antepone las iniciales DJ debe saber un poquito sobre música. Debe saber de donde vienen los géneros que escuchamos, debe conocer a quienes los hicieron posible. En definitiva, que tú puedes pinchar "quitate el top" si quieres pero siendo consciente de ello y eso sólo se consigue con cultura.
Segundo: hacer bailar o provocar sentimientos a la audiencia. Esta puede ser grande o pequeña pero debe existir conexión con ella. Si no transmites es que no vales.
Tercero: tener cierta capacidad artística. Este es el punto más subjetivo. Para mi requiere la posesión de un don, de una aptitud que te hace especial. Puede ser manejar bien los vinilos, crear sonidos nuevos con la mezcla...no se, algo que no todo el mundo lo pueda hacer.

Y en este último punto está el quid de la cuestión, quien mezcla a través de programas, no discuto que sean deejay, realmente lo es pero claro, si todo el mundo lo puede hacer, ¿donde queda la faceta del deejay como artista? o lo que es lo mismo ¿dónde queda el merito de ser deejay? Y ahí cada uno deberá valorar que ofrecer al público y el público a quién y por cuánto estarán dispuestos a rascarse el bolsillo. Soy abierto de mente y no sacrificaré a quien trabajé con el Virtual y semejantes porque, entiendo, hay que valorar el conjunto pero ceñirse al "sync" como elemento fundamental es morir como deejay, al menos desde un punto de vista artístico.

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