En realidad la Movida fue algo minoritario, fue la reinterpretación del punk, el pop y la Nueva Ola desde un punto de vista español, de una sociedad que acababa de salir de una férrea dictadura. Y si hay algún sitio donde tuviste que estar para vivir en primera persona todo aquello, ese fue la Casa Costus. Ubicada en la calle de la Palma número 14, era el domicilio de Juan Carrero y Enrique Naya, rebautizados por Fabio MacNamara como "las Costus". Ellos eran dos pintores que llegaron a la capital dejando atrás unas familias militares y de disciplina castrense. Aquella casa supuso algo muy parecido a la Factory de Warhol y por allí desfilaron Alaska, Tino Casal, Capi, Pedro Almodóvar, Carlos Berlanga, Nacho Canut, Bonezzi... Punto de encuentro de artistas, algunos muy anónimos, de intercambio de experiencias, de opiniones, de cotilleos y de prensa rosa.
Casa Costus estaba en pleno barrio de Malasaña, muy cerquita de la plaza Dos de Mayo y a sólo dos manzanas del Pentagrama, un bar donde se dejaban caer los parroquianos del Convento de las Costureras para compartir barra con "otras" movidas como las de Nacha Pop o Radio Futura. Cerquita también quedaba otro mítico local, La Vía Láctea, de donde eran asiduos la troupe de los modernos con ganas de movida. Ambos todavía visitables, al continuar abiertos al público.
Además, el hogar de las costureras sirvió como localización para el rodaje de Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, la opera prima de un, todavía desconocido, Pedro Almodóvar.
En 1982, Juan y Enrique se marcharon de aquel piso y hoy, salvo algún vecino, nadie se acuerda de un historia que fue capítulo imprescindible de la gran historia del pop español.
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