martes, 17 de marzo de 2020
FLYING FREE, EL HIMNO DE LA RESISTENCIA FRENTE AL CORONAVIRUS
Sólo llevamos tres días de encierro en nuestras casas y la imaginación de la gente desborda a borbotones por las redes sociales desde el primer momento. El humor y la música están siendo las notas predominantes en las acciones caseras para llevar de mejor manera el confinamiento. A tal punto que artistas, deejays, bandas y promotores llevan a cabo actuaciones y festivales diariamente en Instagram, Facebook o cualquier otra plataforma.
Y en los balcones y ventanas de nuestros vecindarios, los decibelios están por todo lo alto. Desde tamborradas a recitales líricos, desde coros en el patio de vecinos a sesiones discotequeras para toda la calle. Y entre tema y tema, canción y canción, una se repite constantemente, de Norte a Sur, de Este a Oeste. Se trata de Flying Free, ese viejo himno makina reconvertido estos días en el himno de la resistencia al coronavirus.
El tema nació en la legendaria discoteca Pont Aeri, propiedad del padre de los no menos legendarios DJ Skudero y Xavi Metralla. Estos dos últimos junto a DJ Ruboy buscaban un hitazo que abriera el duro sonido makina a un mayor público y para ello produjeron un tema de BPMs acelerados y potentes, como siempre, pero también introdujeron melodía y letra. En este caso la voz fue la de Marian Dacal. Así, para mayo de 1999 y con la intención de petarlo ese verano, Flying Free ya se escuchaba en las pistas de baile del circuito maquinero catalán. Aunque al principio lo hizo de manera tibia, sin tanta repercusión como esperaban sus creadores, en unos tiempos, también hay que decirlo, donde la producción era bestial con la consecuente competencia a la hora de hacerse un hueco en las tracklists de los discjockeys. Pero a partir de otoño y cuando los hermanos Escudero pensaban que el asunto no tenía más recorrido, Flying Free comenzó a volar alto. El track era cada vez más comprado, más pinchado, más bailado. Para aquellas Navidades, el tema apareció en todos los recopilatorios y el ya "pepinazo" maquinero era bailado en todo el país. Pont Aeri se convirtió en la discoteca más famosa y sus deejays, Pastis, Buenri, Metralla y Skudero pincharon en cientos de cabinas y hasta en TVE.
El tema se convirtió en un himno que traspasó el fenómeno originario de donde surgió y nunca dejó de escucharse, incluso cuando el movimiento makina desapareció. Y es que tras un corto barbecho sónico inicial, Flying Free comenzó a sonar tímidamente en las sesiones de DJs desprejuiciados, en sesiones remembers y más tarde saltó a las playlists de bodas, cumpleaños, Nocheviejas y toda fiesta que se precie.
La canción posee cierta melancolía y nostalgia, es emotiva a la vez que trepidante. Te abduce desde el primer momento y te hace pasar por diferentes estados, te provoca entusiasmo, alegría y subidón. Es bailable y te lleva a un disfrute compartido, solidario. Es escapista, divertida pero también épica y heroica.
Flying free tiene algo de mágico, por eso cuando suena el "Abracadabra" se activa un conjuro en el que nos comprometemos a dejarnos llevar, a entrar en trance y finalmente volar libres. Por eso se ha convertido en el himno de la resistencia en tiempos de confinamiento y emergencia, porque somos conscientes de que toca soportar días duros pero debemos confiar en el conjuro y saber que pronto volaremos libres.
Que no decaiga el ánimo en tiempos de confinamiento
Y en los balcones y ventanas de nuestros vecindarios, los decibelios están por todo lo alto. Desde tamborradas a recitales líricos, desde coros en el patio de vecinos a sesiones discotequeras para toda la calle. Y entre tema y tema, canción y canción, una se repite constantemente, de Norte a Sur, de Este a Oeste. Se trata de Flying Free, ese viejo himno makina reconvertido estos días en el himno de la resistencia al coronavirus.
El tema nació en la legendaria discoteca Pont Aeri, propiedad del padre de los no menos legendarios DJ Skudero y Xavi Metralla. Estos dos últimos junto a DJ Ruboy buscaban un hitazo que abriera el duro sonido makina a un mayor público y para ello produjeron un tema de BPMs acelerados y potentes, como siempre, pero también introdujeron melodía y letra. En este caso la voz fue la de Marian Dacal. Así, para mayo de 1999 y con la intención de petarlo ese verano, Flying Free ya se escuchaba en las pistas de baile del circuito maquinero catalán. Aunque al principio lo hizo de manera tibia, sin tanta repercusión como esperaban sus creadores, en unos tiempos, también hay que decirlo, donde la producción era bestial con la consecuente competencia a la hora de hacerse un hueco en las tracklists de los discjockeys. Pero a partir de otoño y cuando los hermanos Escudero pensaban que el asunto no tenía más recorrido, Flying Free comenzó a volar alto. El track era cada vez más comprado, más pinchado, más bailado. Para aquellas Navidades, el tema apareció en todos los recopilatorios y el ya "pepinazo" maquinero era bailado en todo el país. Pont Aeri se convirtió en la discoteca más famosa y sus deejays, Pastis, Buenri, Metralla y Skudero pincharon en cientos de cabinas y hasta en TVE.
El tema se convirtió en un himno que traspasó el fenómeno originario de donde surgió y nunca dejó de escucharse, incluso cuando el movimiento makina desapareció. Y es que tras un corto barbecho sónico inicial, Flying Free comenzó a sonar tímidamente en las sesiones de DJs desprejuiciados, en sesiones remembers y más tarde saltó a las playlists de bodas, cumpleaños, Nocheviejas y toda fiesta que se precie.
La canción posee cierta melancolía y nostalgia, es emotiva a la vez que trepidante. Te abduce desde el primer momento y te hace pasar por diferentes estados, te provoca entusiasmo, alegría y subidón. Es bailable y te lleva a un disfrute compartido, solidario. Es escapista, divertida pero también épica y heroica.
Flying free tiene algo de mágico, por eso cuando suena el "Abracadabra" se activa un conjuro en el que nos comprometemos a dejarnos llevar, a entrar en trance y finalmente volar libres. Por eso se ha convertido en el himno de la resistencia en tiempos de confinamiento y emergencia, porque somos conscientes de que toca soportar días duros pero debemos confiar en el conjuro y saber que pronto volaremos libres.
Que no decaiga el ánimo en tiempos de confinamiento
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