Darse una vuelta por el Casco Viejo de Bilbao es corroborar la imagen de una ciudad sin noche, diseñada para la foto, para el aburguesamiento y la autocomplacencia. El verdadero no future! que los punks gritaban en el pasado es este presente lleno de sopor y aburrimiento en las calles de la Villa.
Resultaba impactante ver un sábado del 2019, todavía sin COVID, las callejuelas de lo antiguo y recordar el hervidero de vida que fueron. En los años 90, cuando comencé a bajar de fiesta al casco, la zona había evolucionado hacia cierto eclecticismo en lo que por allí se movía, si bien es cierto que el rock radikal y el punk, que habían tenido como epicentro el gaztetxe, todavía tenían teniendo gran influencia.
Al bajar desde Santutxu por la cuesta de Iturribide ya te dabas cuenta del jaleo al que te aproximabas cuando podías comprobar como los jóvenes llenaban un buen número de bares en donde jugar los kinitos desde primeras horas de la tarde era de lo más habitual. En la parte baja de la calle, en la curva, se agolpaban varios bares de corte heavy y rock duro donde algún que otro punk con cresta y tachuelas se dejaba caer.
La plaza Unamuno era el lugar de quedar para tomar rumbo con la cuadrilla hacia el lugar elegido. Una plaza en la que todavía no existía el metro y sí la primera tienda de Zara en Bilbao, que ya pasó a la historia.
Desde allí los planes podrían ser innumerables. Pasarse por el abarrotado y legendario, para toda una generación, bar Cantábrico era una de ellas. Barrenkale y Barrenkale Barrena, para las 21.00 de la noche estaban atestadas de jóvenes con mucho pijito de indautxu con harapas de marca haciéndose pasar por grunge o borroka o chavales de barrio con ganas de jarana. Tal era el gentío que si querías pasar al otro lado era mejor hacerlo por las calles adyacentes y es que atravesar aquella muchedumbre era, en mas de una ocasión, imposible. El Surtidor, el Consorcio, el Santuario, Txirrindu, Bizitza... eran algunos de los bares.
Otro elemento de aquellas locas noches era cuando, en ocasiones, había manifestaciones de batasunos donde las piedras, baldosines y cocteles molotov volaban sin compasión y la ertzaintza entraba a todo trapo para reprimir las algaradas. En ese instante quedábamos encerrados en el pub de turno con la persiana bajada mientras el ruido de los pelotazos de goma contra la persiana se entremezclaban con la música del garito.
Al acabar podríamos ir al Soiz a que nos sirvieran un machacado agitado con el mismo trapo que limpiaba la barra mientras veíamos arder un contenedor en llamas.
Podrían ser ya las 5 de la mañana y todo seguía abierto, irse a casa era una opción que nunca se tenía en cuenta porque la noche era eterna o eso pensábamos.
2 comentarios:
Casco viejo de Bilbao. Santuario de tribus urbanas. Iturribide. Metal Attack bar heavy. Marina bar punk.
Heavys. Punkies rockers góticos. Red skins ect. Me encanta el casco viejo. Sonaba Eskorbuto. Kortatu. Parabellum ect y heavy metal Rock
Que tiempos!
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