Tirado sobre mi cama mirando de manera automática y aburrida publicación tras publicación en redes sociales, visionando fakes, memes y mandangas varias carentes de interés apareció, con retraso y sin esperanza, mi regalo de Reyes. Resulta que el club Vocoder celebraba su quinto aniversario y para ello WLDV había organizado la presentación del documental Ciudadano Fernando Gallego: Baila o Muere en la sala Ambigú de Bilbao. El bar se quedó pequeño para acoger tanto devoto maquinero y curioso de una época, una escena y un personaje excesivamente vilipendiado y cuya reivindicación era necesaria y hasta higiénica para documentar un fenómeno y hacer justicia a la ciudad de Barcelona. Estábamos citados a las 18.30 y el color negro imperaba en las vestimentas, vestigios del bakalao más oscuro, la EBM, lo industrial y el techno.
En primer lugar hubo una breve presentación por parte de sus creadores, Alex Salgado y Jorge Rodríguez, donde hablaron del largo pero enriquecedor proceso creativo de más de 8 años y aprovecharon para reivindicar a todos aquellos que intentan crear cultura a través de documentales de carácter underground y las enormes trabas que se encuentran por el camino. Después llegó el turno del genio, Nando Dixkontrol, que al micro es como un torbellino imparable, como una ráfaga de metralleta que te llega al corazón, te revuelve las entrañas y cortocircuita los sesos. Tras arengar a los presentes hizo una de las mejores definiciones de Bilbao que he oído: "es la ciudad de la lluvia, del hierro, del frío, del obrero que forja con su esfuerzo y es la residencia veraniega de cualquier Blade Runner"
A partir de ahí, títulos de crédito y casi dos horas de un trabajo enorme, una cinta que rebasa con mucho las mejores expectativas, una radiografía de una Barcelona canalla, festera y que no han podido enterrar en el olvido. Un beat sonoro y seco que estremece, y te encoge el corazón. Pero sobre todo es el retrato pincelado fielmente de quien llevó el bakalao a Cataluña, de quien creo la música makina, del militante acérrimo de la pista de baile. Es muy difícil encontrarse con una persona tan auténtica, tan excesiva, tan libre... Pero de una complejidad elevada es también conseguir dejarlo documentado de una manera tan precisa. Por eso, gracias a Álex, a Jorge y a Nando. Gracias por ese pedazo trabajo y gracias por hacer de la tarde del viernes uno de los mejores regalos de Reyes Magos que recuerde. ¡Baila o Muere!
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