Lo paradójico es que a pocos kilómetros de aquí, en Madrid o Ibiza por ejemplo, te encuentras con multitud de paisanos dándolo todo en alguna pista de baile. ¿Qué sucede entonces? Lo cierto es que hay propuestas interesantes, se hacen esfuerzos pero todo parece abocar a un callejón sin salida, una dirección en la que el ocio nocturno se reduce, se acota y cuya tendencia me lleva a pensar que va a ser patrimonio de las grandes ciudades o centros turísticos. Madrid, Londres, París, Ibiza, Mikonos, Miami, las Vegas... La globalización hace estragos y en lugar de repartir y diversificar, concentra y uniformiza. Aquí somos responsables administración, arrendadores de locales, promotores y un público que da la espalda al salir de marcha.
¿Entonces aceptamos que Bilbao se degrada entre jardines y grandes eventos a mera ciudad de provincias? Se es más ciudad por tener el Guggen o los MTV Awards o por albergar a una ciudadanía abierta, dinámica y con iniciativas que surgen de ella misma. Queremos ser la sucursal de las grandes compañías de ocio o un centro impulsor de ideas propias, también en lo referente al ocio y las artes.
Creo que es hora de plantearse cuestiones en una ciudad cada vez más rancia y de ánimo decrepito.
*Foto encontrada en Youtube
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