miércoles, 4 de enero de 2017

MI PRE-PRENOCHEVIEJA EN EL BADULAKE

Los preámbulos de esta Nochevieja (que me gustan más que la propia noche del 31) me han dado para descubrir y redescubrir locales de mi botxo querido. Hoy os quiero contar mi vuelta, si es que alguna vez me fui del todo, al Badulake, uno de los garitos imprescindibles en la vida noctámbula de Bilbao. En plena calle Hernani se ubica este antro que atesora, ojalá siga así por mucho tiempo, una personalidad arrolladora y para allí que me fui el 29 de diciembre, porque yo celebro fin de año cuando quiero y durante el tiempo que haga falta. Pensaba, iluso de mi, que no habría una gran concurrencia pero al llegar me di cuenta de lo equivocado que estaba. La sala se encontraba atestada de gente disfrutando del espectáculo de las Fellini. Gente variopinta, original, distinta, sin tanto clonismo, sin tanta estafa como lo que se acostumbra a ver por ahí. Como digo, los gritos de Nagore Gore se oían pero la muchedumbre me obligaba a ver sus enormes pechos plastificados desde unas raquíticas teles encima de la barra (encima de la barra estaban las teles, no yo, que conste). Tecnología arcaica al servicio del travestismo, me encanta. Tras el espectáculo sobre el escenario, el baile afloró en la pista. Hitazo tras hitazo, temazo tras temazo, danzar a manos de Unai Goikolea era imposible. Una vez más, el todo-terreno de las cabinas clavó una sesión ajena al aburrimiento donde los presentes lo dimos todo, no era para menos, celebramos las últimas horas del año y personalmente, yo, que continúen existiendo locales como el Badulake.

2 comentarios:

Nagore Gore dijo...

Gracias por tu artículo cariño.
Una grata sorpresa encontrarse con esta joya de mañana.
Gracias por venir y por disfrutar del Badulake.

La Ruta dijo...

Gracias a ti y tus compinches por hacernos reír y dar color a las noche de los jueves.