viernes, 4 de septiembre de 2020

UN BAR MODESTO


Cuando en 2012, sólo había ecos de una fiesta pretérita que nos recordaba lo que fue la otrora bulliciosa Barrenkale, Carlos y Jaime decidieron abrir un pequeño local con enorme alma donde siempre fue bien recibido quien por allí se dejara caer. Al entrar no era difícil percibir que el lugar había sido una tradicional taberna de txikiteros en pleno Casco Viejo de Bilbao, el mejor lienzo donde plasmar el espíritu abierto, libre y divertido de la nueva propuesta. Allí entró el colorido, las palmeras, el neón, el leopardo y hasta una Reina Madre que te daba la bienvenida. 

Decir que aquello era un bar es quedarse corto, es una enorme simplificación que constituye infravaloración o incluso el insulto. Aquello, en realidad, fue un punto de encuentro para la gente más moderna y desprejuiciada de Bilbao con ganas de diversión, charla y compartir ideas. Aquello fue un centro cultural con exposiciones de fotografía, pintura o lo que se terciara. Un espacio donde la posmodernidad se vivía de verdad y no limitándose a confomar una mera exhibición en determinadas sucursales de determinadas marcas, como ocurre con en el Guggenheim. Aquello fue un templo artístico con una oferta continua y unas fiestas tan creativas como transgresoras. Sesiones a base de electroclash, tecnopop, indie o lo que el DJ de turno programado tuviera a bien pinchar sin encorsetamiento alguno. 

Sus artistas, sus trabajadores, sus clientes y sus creadores conformaron, en su mayoría, algo más que eso, supusieron un colectivo heterogéneo con una militancia basada en la libertad y la diversión contribuyendo a hacer de Bilbao una ciudad que fuera tal, es decir, viva, dinámica y abierta. Incluso se llegaron a producir movilizaciones cuando los gestores públicos iniciaron una cruzada contra la noche y el baile. Sí, sí, el baile.

Aquello fue un verdadero revulsivo de 8 años al que vamos  a echar mucho de menos, un lugar tan moderno que Bilbao no se lo merecía o quizás sí, ahí ya tengo mis dudas. Un bar que llamarlo bar, como habéis podido leer, es poco decir. En definitiva, un bar Modesto. El bar Modesto.

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