miércoles, 30 de noviembre de 2022

¿POR QUÉ LA RUTA DEL BACALAO SE LLAMA ASÍ?

 

Desde los años 90, al fenómeno que se desarrolló en el circuito de discotecas valencianas se le viene conociendo popularmente como la Ruta del Bacalao pero... ¿cuál es el el origen de este nombre?¿A qué se debe el uso de este término?

En primer lugar cabe reseñar que los supervivientes de tan azarosa movida siempre rechazaron la palabra bakalao porque consideran que su uso no estaba generalizado en el momento en el que se produjo y que se trata más de una invención periodística de carácter sensacionalista que otra cosa. También es cierto que la Ruta fue tan vapuleada y desprestigiada que sus protagonistas, durante años, renegaron de ciertos aspectos, tratamientos y discursos generados por los mass media intentando alejarse de una "versión oficial" adulterada y simplificada como la droga y la música que sonaron a última hora del fenómeno, como esa canción mala que se pincha para echar a la gente de la pista mientras la luces de limpieza ya están encendidas.

Y es que la historia tuvo mucha más enjundia y complejidad que la que se quedó durante las dos últimas décadas en el imaginario colectivo y que desde hace unos cuantos años algunos llevamos intentando poner en el lugar que le corresponde.

Pero vayamos al grano, la palabra "ruta" está clara. Era ese itinerario festivo trazado por clubbers cada fin de semana de una sala otra en busca de poder bailar la mejor música del momento. La Movida Valenciana, la Ruta Destroy o el Festival Valenciano parecen conceptos con los que se sienten más cómodos los ruteros pero...¿de dónde surge entonces el termino bacalao? En este punto, podemos decir que hay varias teorías al respecto, vamos a por ellas:

-Hay quien dice que el nombre viene derivado de lo sudados que iban los clubbers  en la pista. La danza infinita y el calor del gentío provocaba que algunos estuvieran literalmente calados y al llegar allí los foráneos empezaron a decir "otro que va calao", al juntar las dos últimas palabras de la expresión tenemos el resultado final.

-Otra obedece a la deshidratación producida por el baile y las drogas de diseño a clubbers sedientos como si se hubieran comido un bacalao, el más seco y salado de su vida.

-La versión más extendida es la que explica que el termino en cuestión comenzó a emplearlo un chaval que iba a comprar de vez en cuando a la tienda Zic Zac del gran Juan Santamaría. Allí, cuando al chico le gustaba algún tema decía que "eso era buen bacalao". Los que estaban a su lado les hizo gracia y empezaron a utilizarlo, el boca a boca hizo el resto.

-También se ha entendido bacalao desde la juventud del momento como sinónimo de fiesta, de dinamización, de droga...

-Es curioso en este sentido recoger el título de un disco, creo que de hispavox, de primeros de los 80 que tenía el título "Vacalao" y que en la playa de Pinedo, había un pub junto a The Face que se llamaba Vakalao.

-La última teoría es una aportación más personal. La palabra bacalao procede del idioma neerlandés bakeeljaw y de allí lo asumió el euskera antiguo como bakailao, que si le quitamos la K se queda en bailao, el eje central de la filosofía rutera. Una conexión curiosa en un fenómeno que permanece, pese al paso de los años, en el imaginario colectivo de nuestro país.




domingo, 27 de noviembre de 2022

¿POR QUÉ TERMINÓ LA RUTA DEL BACALAO?

 

La Ruta del Bacalao ha sido un fenómeno rodeado de múltiples misterios, siendo el motivo de su final uno de los más cuestionados. Y es que al acudir a las fuentes adecuadas nos encontramos con varias teorías a la hora de explicar porqué acabó el festival valenciano, siendo seguramente, la razón última, un compendio de todas ellas. A mi modo de ver estas serían los factores más importantes a tener en cuenta:

-La criminalización por parte de los medios de comunicación. La década de los años 90, con la aparición de nuevos medios de comunicación, se convirtió en un tiempo donde el sensacionalismo se apoderó del país. Y la Ruta del Bacalao fue una de las primeras campañas donde se "informaba" desde el miedo y el alarmismo. El amarillo tiñó las redacciones de prensa, radio y televisión y el fenómeno rutero resultó ser una mina de la que sacar un pingüe beneficio a base de morbo continuo donde los accidentes de coche, drogas y una  juventud perdida copaban los titulares. El asunto acabó saltando a la opinión publica que criminalizó la escena clubbing desde amplios sectores y provocó la siguiente razón que voy a explicar por la que acabó la Ruta.

-La persecución policial. Una vez criminalizado el ocio discotequero, los políticos se pusieron manos a la obra para acabar con tanta libertad y no dudaron en utilizar a las Fuerzas de Seguridad del Estado para perseguir a los clubbers y empresarios de la noche valenciana. Controles, cacheos y registros se hicieron habituales en la carretera de el Saler y la legislación y normativa en cuanto a aforos, niveles de música y horarios se hizo mucho más estricta y rígida.

-La masificación y perdida de su filosofía inicial. Las discotecas de la Ruta siempre estuvieron abiertas a todo aquel que quisiera bailar en ellas, dando igual la clase social, raza, ideología, origen o cualquier otra etiqueta  que se nos pueda ocurrir. Esa libertad la hizo democrática pero al mismo tiempo minoritaria. El aperturismo mental necesario para encajar en una propuesta tan rupturista a principios de los años 80 basada en la música, la moda, el ocio y otras cuestiones artísticas nunca estuvo al alcance de la mayoría. La falta de encorsetamiento y prejuicios para bailar sonidos underground junto a gente de todo pelaje y condición hizo hacer saltar la chispa de algo mágico que se fue perdiendo según avanzaba el tiempo y la popularización. Por eso, en el año 93-94 la Ruta se había masificado, la música era toda igual, sin originalidad y simplona. Cada vez había más garrulos en la pista con ganas de pelea y nula apertura de miras, que se acercaban a las salas de Valencia porque estaba de moda. El ambiente se enrareció y el fenómeno rutero comenzó su degradación. Surgido como elemento contestatario y alternativo donde los más inquietos podían acudir huyendo de la masa clónica pasó a convertirse precisamente en ese mismo lugar del que escaparon los pioneros.

Por estas cuestiones y alguna más, el circuito clubbing valenciano no perduró como lo hizo el ibicenco. Seguramente la idiosincrasia local, excesiva y desbordante, hizo crear algo tan grandioso como la Ruta para ser quemado por si mismo, como si de una falla se tratara.

                                            Fuente de la primera imagen: El País.
                                                      Fuente de la segunda imagen: El Confidencial

domingo, 13 de noviembre de 2022

HOY SE ESTRENA LA SERIE "LA RUTA"

 


Algunos de los seguidores de este blog lleváis, desde hace algún tiempo, avisándome de la grabación de una serie para Atresmedia sobre la Ruta que, según me contáis, guarda un gran parecido con la novela que publiqué hace catorce años. Hoy es el día de su estreno en la plataforma de pago del mencionado grupo mediático y tengo sentimientos encontrados. Cuando en el año 2007 me puse a escribir el libro y después el presente blog me veía en la obligación de dignificar el fenómeno destroy y contarlo en base a la enorme profundidad y riqueza que escondía aquello que popularmente se conoció como bacalao. Desde los años 90 ya se le había vapuleado, estigmatizado y criminalizado demasiado. Su vertiente más morbosa ya había sido amplificada y exagerada por unos medios de comunicación que tiñeron de amarillo las noches discotequeras para instaurar el miedo en la sociedad y sacar rentabilidad del asunto. Desde entonces quien tuviera a bien explicar otras aristas y puntos de vista de la escena clubbing valenciana podía ser condenado a la hoguera. Por eso veía necesario, con casi tres lustros de por medio, revisitar el fenómeno y publicar contenido desde el lado contrario al sensacionalismo, tal y como lo hizo el que abrió la brecha de todo esto, Joan Oleaque y su En èxtasi o el 72 horas... Y Valencia fue la ciudad  de Oscar Montón y Juan Carlos García.

Por eso, el que estrenen una serie de televisión, que según dicen sus creadores, sirva para dignificar lo que ocurrió en las salas valencianas durante los años 80 y parte de los 90, me parece fabuloso porque está ubicado en mi lado de la trinchera pero que el trabajo tenga tanto parecido con el mío, me escama. Que la ficción que hoy comienza lo haga bajo el mismo título que mi libro y blog, que el espacio temporal entre ambas obras sea exactamente igual o que sus protagonistas coincidan siendo en sendas propuestas un grupo de jóvenes valencianos me hace pensar que sus autores podrían saber de mi y haberse puesto en contacto. 

Por eso, hasta ahora, no he dicho nada de la mencionada serie. Un hito, a priori, para quienes amamos la Ruta, el que una televisión emita algo alejado del sensacionalismo. Pero cierta sorpresa de que, a pesar de la coincidencia, quienes son compañeros de trinchera no hayan compartido ni palabra. Como digo, ahora toca ver la serie y en unas semanas os prometo retomar el asunto haciendo un video explicando mis pareceres.

Hasta entonces y como siempre, no dejes de bailar.

                                             Fuente: Filmaffinity