miércoles, 30 de noviembre de 2022

¿POR QUÉ LA RUTA DEL BACALAO SE LLAMA ASÍ?

 

Desde los años 90, al fenómeno que se desarrolló en el circuito de discotecas valencianas se le viene conociendo popularmente como la Ruta del Bacalao pero... ¿cuál es el el origen de este nombre?¿A qué se debe el uso de este término?

En primer lugar cabe reseñar que los supervivientes de tan azarosa movida siempre rechazaron la palabra bakalao porque consideran que su uso no estaba generalizado en el momento en el que se produjo y que se trata más de una invención periodística de carácter sensacionalista que otra cosa. También es cierto que la Ruta fue tan vapuleada y desprestigiada que sus protagonistas, durante años, renegaron de ciertos aspectos, tratamientos y discursos generados por los mass media intentando alejarse de una "versión oficial" adulterada y simplificada como la droga y la música que sonaron a última hora del fenómeno, como esa canción mala que se pincha para echar a la gente de la pista mientras la luces de limpieza ya están encendidas.

Y es que la historia tuvo mucha más enjundia y complejidad que la que se quedó durante las dos últimas décadas en el imaginario colectivo y que desde hace unos cuantos años algunos llevamos intentando poner en el lugar que le corresponde.

Pero vayamos al grano, la palabra "ruta" está clara. Era ese itinerario festivo trazado por clubbers cada fin de semana de una sala otra en busca de poder bailar la mejor música del momento. La Movida Valenciana, la Ruta Destroy o el Festival Valenciano parecen conceptos con los que se sienten más cómodos los ruteros pero...¿de dónde surge entonces el termino bacalao? En este punto, podemos decir que hay varias teorías al respecto, vamos a por ellas:

-Hay quien dice que el nombre viene derivado de lo sudados que iban los clubbers  en la pista. La danza infinita y el calor del gentío provocaba que algunos estuvieran literalmente calados y al llegar allí los foráneos empezaron a decir "otro que va calao", al juntar las dos últimas palabras de la expresión tenemos el resultado final.

-Otra obedece a la deshidratación producida por el baile y las drogas de diseño a clubbers sedientos como si se hubieran comido un bacalao, el más seco y salado de su vida.

-La versión más extendida es la que explica que el termino en cuestión comenzó a emplearlo un chaval que iba a comprar de vez en cuando a la tienda Zic Zac del gran Juan Santamaría. Allí, cuando al chico le gustaba algún tema decía que "eso era buen bacalao". Los que estaban a su lado les hizo gracia y empezaron a utilizarlo, el boca a boca hizo el resto.

-También se ha entendido bacalao desde la juventud del momento como sinónimo de fiesta, de dinamización, de droga...

-Es curioso en este sentido recoger el título de un disco, creo que de hispavox, de primeros de los 80 que tenía el título "Vacalao" y que en la playa de Pinedo, había un pub junto a The Face que se llamaba Vakalao.

-La última teoría es una aportación más personal. La palabra bacalao procede del idioma neerlandés bakeeljaw y de allí lo asumió el euskera antiguo como bakailao, que si le quitamos la K se queda en bailao, el eje central de la filosofía rutera. Una conexión curiosa en un fenómeno que permanece, pese al paso de los años, en el imaginario colectivo de nuestro país.




domingo, 27 de noviembre de 2022

¿POR QUÉ TERMINÓ LA RUTA DEL BACALAO?

 

La Ruta del Bacalao ha sido un fenómeno rodeado de múltiples misterios, siendo el motivo de su final uno de los más cuestionados. Y es que al acudir a las fuentes adecuadas nos encontramos con varias teorías a la hora de explicar porqué acabó el festival valenciano, siendo seguramente, la razón última, un compendio de todas ellas. A mi modo de ver estas serían los factores más importantes a tener en cuenta:

-La criminalización por parte de los medios de comunicación. La década de los años 90, con la aparición de nuevos medios de comunicación, se convirtió en un tiempo donde el sensacionalismo se apoderó del país. Y la Ruta del Bacalao fue una de las primeras campañas donde se "informaba" desde el miedo y el alarmismo. El amarillo tiñó las redacciones de prensa, radio y televisión y el fenómeno rutero resultó ser una mina de la que sacar un pingüe beneficio a base de morbo continuo donde los accidentes de coche, drogas y una  juventud perdida copaban los titulares. El asunto acabó saltando a la opinión publica que criminalizó la escena clubbing desde amplios sectores y provocó la siguiente razón que voy a explicar por la que acabó la Ruta.

-La persecución policial. Una vez criminalizado el ocio discotequero, los políticos se pusieron manos a la obra para acabar con tanta libertad y no dudaron en utilizar a las Fuerzas de Seguridad del Estado para perseguir a los clubbers y empresarios de la noche valenciana. Controles, cacheos y registros se hicieron habituales en la carretera de el Saler y la legislación y normativa en cuanto a aforos, niveles de música y horarios se hizo mucho más estricta y rígida.

-La masificación y perdida de su filosofía inicial. Las discotecas de la Ruta siempre estuvieron abiertas a todo aquel que quisiera bailar en ellas, dando igual la clase social, raza, ideología, origen o cualquier otra etiqueta  que se nos pueda ocurrir. Esa libertad la hizo democrática pero al mismo tiempo minoritaria. El aperturismo mental necesario para encajar en una propuesta tan rupturista a principios de los años 80 basada en la música, la moda, el ocio y otras cuestiones artísticas nunca estuvo al alcance de la mayoría. La falta de encorsetamiento y prejuicios para bailar sonidos underground junto a gente de todo pelaje y condición hizo hacer saltar la chispa de algo mágico que se fue perdiendo según avanzaba el tiempo y la popularización. Por eso, en el año 93-94 la Ruta se había masificado, la música era toda igual, sin originalidad y simplona. Cada vez había más garrulos en la pista con ganas de pelea y nula apertura de miras, que se acercaban a las salas de Valencia porque estaba de moda. El ambiente se enrareció y el fenómeno rutero comenzó su degradación. Surgido como elemento contestatario y alternativo donde los más inquietos podían acudir huyendo de la masa clónica pasó a convertirse precisamente en ese mismo lugar del que escaparon los pioneros.

Por estas cuestiones y alguna más, el circuito clubbing valenciano no perduró como lo hizo el ibicenco. Seguramente la idiosincrasia local, excesiva y desbordante, hizo crear algo tan grandioso como la Ruta para ser quemado por si mismo, como si de una falla se tratara.

                                            Fuente de la primera imagen: El País.
                                                      Fuente de la segunda imagen: El Confidencial

domingo, 13 de noviembre de 2022

HOY SE ESTRENA LA SERIE "LA RUTA"

 


Algunos de los seguidores de este blog lleváis, desde hace algún tiempo, avisándome de la grabación de una serie para Atresmedia sobre la Ruta que, según me contáis, guarda un gran parecido con la novela que publiqué hace catorce años. Hoy es el día de su estreno en la plataforma de pago del mencionado grupo mediático y tengo sentimientos encontrados. Cuando en el año 2007 me puse a escribir el libro y después el presente blog me veía en la obligación de dignificar el fenómeno destroy y contarlo en base a la enorme profundidad y riqueza que escondía aquello que popularmente se conoció como bacalao. Desde los años 90 ya se le había vapuleado, estigmatizado y criminalizado demasiado. Su vertiente más morbosa ya había sido amplificada y exagerada por unos medios de comunicación que tiñeron de amarillo las noches discotequeras para instaurar el miedo en la sociedad y sacar rentabilidad del asunto. Desde entonces quien tuviera a bien explicar otras aristas y puntos de vista de la escena clubbing valenciana podía ser condenado a la hoguera. Por eso veía necesario, con casi tres lustros de por medio, revisitar el fenómeno y publicar contenido desde el lado contrario al sensacionalismo, tal y como lo hizo el que abrió la brecha de todo esto, Joan Oleaque y su En èxtasi o el 72 horas... Y Valencia fue la ciudad  de Oscar Montón y Juan Carlos García.

Por eso, el que estrenen una serie de televisión, que según dicen sus creadores, sirva para dignificar lo que ocurrió en las salas valencianas durante los años 80 y parte de los 90, me parece fabuloso porque está ubicado en mi lado de la trinchera pero que el trabajo tenga tanto parecido con el mío, me escama. Que la ficción que hoy comienza lo haga bajo el mismo título que mi libro y blog, que el espacio temporal entre ambas obras sea exactamente igual o que sus protagonistas coincidan siendo en sendas propuestas un grupo de jóvenes valencianos me hace pensar que sus autores podrían saber de mi y haberse puesto en contacto. 

Por eso, hasta ahora, no he dicho nada de la mencionada serie. Un hito, a priori, para quienes amamos la Ruta, el que una televisión emita algo alejado del sensacionalismo. Pero cierta sorpresa de que, a pesar de la coincidencia, quienes son compañeros de trinchera no hayan compartido ni palabra. Como digo, ahora toca ver la serie y en unas semanas os prometo retomar el asunto haciendo un video explicando mis pareceres.

Hasta entonces y como siempre, no dejes de bailar.

                                             Fuente: Filmaffinity

martes, 25 de octubre de 2022

LEBLOND CUMPLE 10 AÑOS


Hoy es un día muy especial para el electropop español porque el grupo leblond cumple 10 años. Es cierto que el proyecto ideado por el gran Richard Maltés no aparece en las grandes radiofórmulas pero desde cuándo es eso importante para rendirnos ante un artista. 
Hoy estamos de celebración porque una década haciendo bailar a tanta y tan diversa gente es un mérito al alcance de muy pocos pero hacerlo desde una propuesta personal, diferente y ajena a encorsetamientos, todavía más. Y es que en este tiempo leblond ha tenido diferentes formaciones y estilos, más allá de ese electropop con el que tanto le identificamos. Las épocas tampoco son obstáculo para crear canciones con reminiscencias a diferentes décadas y momentos ¡mezclemos 80s, 90s, 2000s o lo que sea! Y es que su hiperactividad creativa es, seguramente, la característica que más me fascina y que hace de sus actuaciones, siendo cada una diferente, algo único en las que se cuida el vestuario y el repertorio. Publican discos en físico porque entienden el pop dentro de su concepto más auténtico donde el formato se consolida como parte consustancial a la obra, no limitándose únicamente a la producción musical. Y sí, es por ello que se niegan a no dejar de desarrollar otros elementos artísticos como el videoclip. Te invito a que pases por su canal de Youtube y no dejes de sorprenderte con su larga lista porque eso también es arte.
Leblond canta a temas universales como al amor y a las relaciones humanas pero no se achanta ante otras cuestiones de calado social y desde el baile reivindican y critican todo aquello que les parece conveniente y en lo que yo también tanto coincido.
Y es que 10 años dan para mucho y en el caso de leBlond para mucho, mucho más. Coge aire porque vamos con algunos de sus números: 11 discos, 1 EP, 400 conciertos, actuaciones en toda España y en otros países como China, apariciones en multitud de televisiones, radios, prensa, webs y blogs. 
Pero si algo me gusta de leBlond es que rezuma autenticidad, ¡qué difícil de encontrar en un mundo tan subyugado al marketing y lo superficial! Y rebosa pasión y dedicación, la de un chico que no ceja en  perseguir su sueño, ese en el que busca crear un grupo de música para actuar por los escenarios de aquí y de allá, creando comunidad con sus seguidores y formando a día de hoy un dúo con Javi "Descongelado" que acabó trascendido la música para ser compañeros de vida y haciendo de leBlond el título perfecto para una canción electropop de amor.

Zorionak!!

Hace muchos años, casi al principio.

domingo, 23 de octubre de 2022

LA MODA NOVENTERA DE "IR DE MALOTE"

Escuchando el otro día una charla entre DJ Nano e Iñaki Domínguez en la que hablaban, entre otras cosas, del macarrismo que se desarrollaba hace 30 años, se me vino a la memoria una serie de recuerdos asociados a una tendencia que hacía furor entre los adolescentes y jóvenes de la época. Y es que en la década de los años 90, especialmente en su segunda mitad, se instaló entre la juventud española la moda de "ir de malote". Algo que para muchos era simple "postureo" pero para otros tantos llegó a considerarse una manera de desenvolverse por la vida y que conllevó una ola de violencia entre los chavales que acudían a discotecas, parques, pubs o campos de fútbol para partirse la cara entre bandas o grupos rivales. Y si en los 80 lo "in" era el buenrollismo y la apertura de miras, en los 90 regresó el afán  por el macarrismo y la brutalidad. Algo que seguramente nunca dejó de existir en los barrios más duros de las periferias de las grandes ciudades pero que se retomó con fuerza en otros sectores más acomodados del universo urbano.

El macarrismo volvía a estar en boga y los pandilleros de barriada dejaron la estética quinqui que lucieron referentes de antaño como "El Lute", "El Torete" o "El Vaquilla" para adoptar postulados estéticos ajenos, apropiándose de elementos icónicos de tribus urbanas como los skinheads, los pijos y los bacalaeros. De hecho, hubo momentos concretos donde era imposible saber si estábamos ante un miembro genuino o un advenedizo garrulo con ganas de bronca.

Así el bacalao se convirtió en maquina o mero "chumba chumba", sus bombos eran cada vez más sonoros y la velocidad del beat más endiablada. Las pastillas, la coca y el speed aceleraban las noches y ponían los nervios en punta a unos discotequeros de mandíbula desencajada incapaces de reprimir gestos repetitivos bajo la luz del estrobo.

Era la banda sonora de unas discotecas cuyas pistas y puertas fueron campo de batalla de una violencia gratuita entre jóvenes incapaces de encauzar su frustración por otros caminos. La desindustrialización, la crisis del 93, un paro desbocado y los escándalos de la izquierda despertaban a una juventud que no veía salida. Interesante, como decía, es la apropiación de determinadas vestimentas ajenas al macarrismo íbero tradicional. Era curioso ver adoptar como suyos simbología ajena como chamarras bomber o alpha, botas martens y cabezas rapadas al cero. Más curioso era todavía encontrar bacalas malotes de barrios humildes con elementos tan icónicos del pijerío madrileño como el plumas Pedro Gómez, las camisas Chevignon o el coche Golf. 

Asociado a estas bandas de malotes siempre iba asociado el ejercicio de la delincuencia en mayor o menor grado llevando a cabo delitos como robos, menudeo de sustancias, desacato a la autoridad, amenazas, intimidación y, sobre todo, violencia física. El estatus y respeto de un grupo a ojos del resto venía dado por sus pocos escrúpulos a la hora de dar palizas que, en ocasiones, terminaban en muertes.

Recuerdo que a los integrantes de estas pandillas les llamábamos mafiosos y que el modus operandi la mafia podía ser ejecutado de una manera más o menos intensa. Todo con el fin de escalar en la gradación de la banda en una jerarquía conocida perfectamente en determinados ambientes donde no hacía falta las redes sociales para enterarte de quien manejaba el cotarro.

Foto con los plumas Pedro Gómez sacada del periódico El Mundo.

domingo, 16 de octubre de 2022

VUELVEN LOS 2000

 


Hay una norma no escrita pero que se repite una y otra vez a lo largo del tiempo y que tiene como base la propia redundancia. Es en concreto la ola revisionista reconfigurada en remember que sucede en cada década con respecto a lo acontecido musical, cultural y socialmente veinte o veinticinco años antes. Así en los años 80 se  se recupero gran parte de la cultura pop de los 60, en los 90 la cultura disco de los 70, en los 2000 revivimos la movida de los 80 y en lo 2010 no paramos de bailar bacalao. Este mismo blog es producto de semejante fenómeno, cierto es que comencé de manera precoz a reivindicar la Ruta del Bacalao, tan asociada a los 90, cuando en realidad su enjundia se ubica en la década predecesora.

Y ahora, cuando todavía seguimos viendo pantalones de pitillo y saltando con Chimo Bayo, los más inquietos comienzan a revisitar los primeros años 2000. Ese momento en el que el mundo analógico daba sus últimas bocanadas, entre finales de los 90 y primeros de los 2000, justo antes de ser barridos por el tsunami digital de las redes sociales y los smartphones. Y así comienzan a aparecer festivales de "I Love 2000" o los que encumbran al reggaeton viejo como el mejor sonido de la historia.

Y es que los jóvenes de ahora idealizan lo que nunca vivieron intentando recuperarlo para encrustrarlo en el presente mientras los que comienzan a alcanzar cierta vejez sienten nostalgia e intentan revivir lo que nunca volverá a repetirse.

La generación Z se pirra ahora por vestirse al estilo Y2K (Year2X1000), esa que recupera los pantalones de campana de tiro bajo, las plataformas y los accesorios coloristas. Es hora de sacar la ropa del armario y recuperar las cantaditas dance, el progressive y el primer reggaeton. Papi chulo, dame más gasolina, nostalgia como negocio, esa es nuestra cocaína.


viernes, 7 de octubre de 2022

LA FAMILIA CLUBBING DE LOS ARNAU

 


En todos los ámbitos y profesiones existen familias que a lo largo de varias generaciones han sido líderes en su sector y referentes para aquellas personas con las que coinciden en cuanto a dedicación. Pero en un mundo cada vez más volátil y competitivo resulta difícil encontrar sagas que se mantengan en la brecha con el mismo ímpetu que hicieron sus abuelos y mucho más complicado que lo hagan surfeando en la cresta de la ola. En España la vida media de las empresas no superan los 12 años, por eso la familia Arnau, de la que hoy os escribo, debería tener una estatua en su nombre.

Y es que si nos centramos en el mundo del clubbing, los Arnau representan la saga con mayor éxito desde décadas atrás, cimentado en un trabajo continuo y arriesgando por ser pioneros en un sector tan cambiante como el del entretenimiento.

A los más jóvenes lectores, les guste o no el mundo de las discotecas, como mínimo les sonara la fiesta Row, en las que más de uno y de dos habrá salido lleno de confeti de alguno de sus excesivos eventos. Row es una de las marcas más populares y seguidas de la escena clubbing, detrás de ella se encuentra la familia Arnau y su origen en esto del show se remonta décadas atrás, muchas décadas. Concretamente nos tendríamos que remontar a los años 70 del siglo XIX cuando los Arnau dirigían cabarets y cafeterías hasta que ya en el siglo XX abrieron un cine en Fraga donde rivalizaban con la familia propietaria del otro cine. El amor, que todo lo puede, hizo que el abuelo y la abuela de Juan Arnau, actual cabeza visible del EL Row, se enamorarán y los cines Florida y Victoria se unieran en una única empresa.

Tras la guerra civil, abrieron una de las primeras salas de baile del país en la misma localidad de Fraga, la llamada Florida, que se fue adaptando a los nuevos tiempos pasando a ser discoteca pero no una cualquiera,  una de las más legendarias. En los 90, Juan Arnau padre abrazó la electrónica y se dedicó a recorrer media Europa en busca de ideas y música, la más vanguardista del momento, para que la pincharán en su local los mejores discjockeys del planeta. Así, el fenómeno de Florida 135 se hizo cada vez mayor, atrayendo a miles de jóvenes que peregrinaban desde muy lejos para disfrutar de su original pista de baile, imbuida en la decoración que imitaba estar en la mitad de una plaza. Lanzados en la aventura de la electrónica crean Monegros Festival, otro hito en la historia de la música en España. 

Después la familia se trasladó a Barcelona y allí abrieron El Row en la calle Rosellón, una sala que termina por cerrar por cuestiones ajenas a su voluntad. Una vez más, no se rinden, y buscan un nuevo emplazamiento, esta vez junto al aeropuerto, allá por 2008. Se trataba de una antigua granja que anteriormente había sido restaurante y en la que la familia Arnau hizo una espectacular remodelación que casi les deja en la bancarrota. Y es que el comienzo de esta nueva andadura no terminaba por atraer al público que debía de desplazarse a 14 kilómetros del centro de la ciudad. El tesón de la familia hizo repensar su oferta, Juan y Cruz Arnau idearon un nuevo concepto y ofrecieron una sesión dominical donde teniendo muy presente la figura del DJ, este no fuera el centro de la fiesta. Se trataba de devolver el protagonismo a los clientes, a los clubbers que acudirían. El asunto poco a poco fue creciendo y EL Row se convirtió en el gran revulsivo de la escena clubbing. 

En los últimos 10 años El Row se ha transformado en una marca internacional, propulsada por su irrupción en la escena ibicenca, logrando organizar sus fiestas en decenas de países con enorme éxito. Y es que sus eventos son cada vez más apoteósicos, más sorprendentes y excesivos. La "experiencia Row" te imbuye y logra una simbiosis en la que el espectador es un actor más de la fiesta. Hoy Juan y Cruz son los responsables de esta expansión que se inició en un pueblecito de Huesca y tantos buenos ratos nos ha dado. Por eso mi reconocimiento a la familia Arnau y para ellos todo el confeti del mundo.


                                                      Cruz y Juan Arnau. Fuente: Heraldo de Aragón

domingo, 18 de septiembre de 2022

LIBERTAD CON "L" DE LADILLA


 
Ayer la sala BBK se petó de ladillas para ser parte de lo que a priori pueda parecer un esperpento frívolo pero termina derivando, a nada que sepas bailar entre líneas, en un acto rebelde, subversivo y contestario. Y es que definir como concierto lo de Ladilla Rusa es quedarse muy corto, en la pura superficialidad. Y ayer en Bilbao se demostró. 

Al ritmo de la makina, la rumba, el italodisco y por supuesto, el electroclash, entre otras referencias sónicas, es imposible quedarte quieto en lo que perfectamente puede considerarse una clase magistral de zumba.

Temazos como Bebo, Macaulay Culkin, Los Coches del pasado o A un metro y medio de ti mezclado con la gran Flyng Free lo convierten en un conciertazo para disfrutar de un himno tras otro sin parar de botar.

Un auditorio lleno de pelucas, de maquillaje rándom, de boas y de colorín, donde el público se integra en el espectáculo, ya sea haciendo coros en el escenario y desgañitándose en la pista, es un acto de amor y humor, mucho humor.

Que aparezca Yogurinha junto a Tania y Víctor para hacer un trío es cabaré, es reivindicar las estrellas locales y es una fantasía ladillera. 

Bebe y deja beber. 

Pero por encima de todo, una actuación de Ladilla Rusa es un acto de apología de la libertad porque en tiempos convulsos donde se quiere restringir y manipular, salir a bailar sin prejuicio es una manera de hacer la revolución y lo más punk que podamos encontrar. 

Gora Ladilla Rusa!! y de afterparty a misa.




martes, 6 de septiembre de 2022

COMIENZA LA TEMPORADA 2022/23 DE LA RUTA

 Después de unos meses de descanso, hoy regreso al teclado para retomar mi faceta como bloguero en este espacio. Esta será la temporada número 15ª de La Ruta y como en años precedentes escribiré sobre las pistas de baile, acerca de lo que acontece o aconteció (la historia es una parte importante en esta publicación) en ellas, bajo la bola de espejos. 

Con este post se activan también los perfiles de Facebook y Youtube de La Ruta e igualmente te invito a pasarte por los míos personales en Instagram y Twitter.

Son 15 años dignificando la Ruta del Bacalao y la cultura clubbing, por eso quiero darte las gracias por permanecer como fiel lector y adelantarte que este curso 2022/2023 viene cargado de novedades y contenido que espero que sea de tu interés.

Mientras tanto y como cada septiembre, te doy la bienvenida a La Ruta.




viernes, 3 de junio de 2022

NOS VEMOS A LA VUELTA

 Este post es el último de la temporada. Volveré con energías renovadas allá por el mes de septiembre, quizás un poco antes, para comenzar la temporada número 16 de La Ruta. Hasta entonces, ser muy felices y no paréis de bailar.



domingo, 22 de mayo de 2022

AYER SE BAILÓ UN NUEVO CAPÍTULO EN LA LEYENDA DE JULIUS MC

 


Describir lo que ocurrió este sábado por la tarde-noche en el BEC me llevaría a enumerar un sinfín de adjetivos que, de manera injusta, serían incapaces de retratar la inmensidad de lo allí vivido, de lo allí bailado. Las previsiones se cumplieron y podemos ya decir que fue uno de los eventos del año. Remember Paradise, la productora de sesiones "old school" que estaba detrás del festival, no dejó fleco suelto y ofreció una organización de diez. 

Después de casi veinte años de nuevo sonaron los beats contundentes, las melodías infinitas y los subidones a orillas del Nervión. La música electrónica regresó de manera masiva para miles de clubbers que no paramos de bailar más de 12 horas non stop. La ocasión lo merecía, era el momento de rendir homenaje a Julius MC o, lo que es lo mismo, a toda una época dorada de las discotecas en el Norte. Abanicos al aire. Camisetas de Jazz Berri, de Venecia y, por supuesto, de la NON, conmemoraban el recuerdo de fiestones preteritos. Sus dueños son los mismos que salíamos cada noche de fin de semana a vivir la fiesta de una determinada manera, la nuestra. 

El progressive, la makina, el trance y los infinitos híbridos y subgéneros de la música dance hicieron imposible que parásemos de bailar ni un segundo. A los platos, una constelación de deejays que volvieron a hacernos vibrar como antaño lograban cada fin de semana y que se quedaron para siempre en la memoria colectiva de una generación que logramos colocar el circuito de discotecas del norte en el punto neurálgico del clubbing a este lado de Europa. DJ Neil, Carlos Revuelta, Monica X, Abel The Kid, Chus Liberata son alguno de los nombres propios que deben responsabilizarse hoy de tanta suela desgastada, de tanta pista quemada, de tanto orgullo por lo bailado.

Pero si ayer hubo un protagonista, ese fue Julius MC. Allí estaba de nuevo, delante de los platos, con su eterna sonrisa de niño, un niño que nunca ha querido dejar de ser. Su actitud es una constante invitación hacia los demás para que tampoco perdamos ese niño interior. Yo, al menos, no lo hice y disfruté como lo hacía en aquellas noches que me acercaba hasta Lemoa. Han pasado 20 años pero de nuevo, como entonces, compartía baile con miles de personas, compartía conexión con Julius, con el resto de asistentes, con la música... Su humildad y gratitud le han convertido en leyenda, una leyenda a la que, como gran escritor,  sumo un nuevo capítulo. Un capítulo que Julius MC empezaba con las siguientes palabras, micrófono en mano, arengando al personal: "Esta noche el puto BEC es nuestro. Hoy no existe nada a nuestro alrededor, sólo nosotros y la música"

¡Gracias Julius MC! ¡Eres leyenda!

lunes, 16 de mayo de 2022

DAVID SÁENZ ENTREVISTA A JULIUS MC

Lo prometido es deuda, a falta de cinco días para bailar uno de los eventos del año en cuanto a música de baile se refiere, os dejo la entrevista a Julius MC, la leyenda de las cabinas en la época dorada de las discotecas del norte. Quién me iba a decir hace veinte años, después de tanta suela quemada en la pista de la NON cada sábado, nos encontraríamos en La Patente de Bilbao para charlar sobre música, clubbing, juventud y su carrera como deejay y productor. Una carrera coherente y honesta que siempre fue reconocida por público y crítica. Estoy feliz de compartir con vosotros esta entrevista, una de las que más ilusión me ha hecho realizar.


 

martes, 10 de mayo de 2022

EL LUNES PUBLICO LA ENTREVISTA A JULIUS MC

 


Después de varios intentos fallidos, este próximo 21 de mayo se celebrará una de las fiestas más esperadas del año. Ante los platos se nos presenta un cartel de lujo y reventando el Bizkaia Arena acudirán miles de clubbers deseosos, por un lado,  de baile y, por otro, de homenajear a uno de los deejays más queridos por el público, Julius MC. 

El pincha vasco fue referente del trance y progressive en los años 90 y primeros 2000. Su exquisita técnica y su carisma ante el micro le llevaron a ser uno de los discjockeys más populares del país, apareciendo en recopilatorios multiventas, programas de televisión y recorriendo las mejores discotecas y salas de dentro y fuera de nuestras fronteras.

Su residencia en la NON supuso un binomio que convirtió a Lemoa en punto de peregrinaje para miles de jóvenes cada fin de semana y centro neurálgico de un circuito de discotecas que tomaron el relevo a la Ruta valenciana y catalana,, poniendo a Euskadi en el mapa europeo de la música de baile. Uno de aquellos jóvenes seguidores de Julius MC es quien aquí te escribe, al que las noches se le quedaban cortas para tanto baile y el amanecer le pillaba en el parking de la NON regresando a casa después de una sesionaza.

Julius, honesto y consecuente como pocos, nos dejó de golpe al abandonar las cabinas cuando el cambio de escena se sobrevino, dejando de sonar en los altavoces esas melodías y subidones tranceros para sucumbir ante lo ritmos pegajosos del reggaetón o la desenfrenada aceleración del bumping. 

Ahora, cuando estamos a punto de volver a bailarle en una sesión multitudinaria, he tenido la suerte de poder entrevistarle, de conocer de primera mano su carrera, de saber a qué se dedica en la actualidad. En definitiva, de charlar con un hombre que es leyenda en el universo la música de baile y al que agradezco la charla tan amena que tuvimos en el Bar La Patente de Bilbao y que compartiré con vosotros este próximo lunes 16. Un buen aperitivo para lo que nos esperará cinco días después en el eventazo que la promotora Remember Festival nos tiene preparado y que ha creado una expectación máxima agotando sus entradas rápidamente.



domingo, 24 de abril de 2022

LEDESMA, LA CALLE JARANERA DE BILBAO


 
Cantaba Doctor Deseo en su himno "Morirse en Bilbao" que bailaba en sus calles y se perdía en sus bares. Y desde luego a la cabeza se nos vienen nombres como Barrenkale, Pozas, Mazarredo y otras calles con solera en eso del jolgorio txirene pero es en los últimos tiempos cuando una nueva rue se viene haciendo hueco en el olimpo jaranero del Botxo. Paralela a la Gran Vía, discreta y pequeñita, Ledesma coge fuerza cada tarde en la capital vizcaína convirtiéndose en punto de encuentro de una cada vez mayor masa de parroquianos con ganas de alegría y disfrute. 

Por encima de sus baldosas trasiega una multitud heterogénea donde  son mayoría los que superaron hace tiempo la treintena y tienen cierta afición a la bohemia a base de pintxos, vinitos y cubatas. Terrazas y barras para tertulias tempraneras y música cada vez más alta y bailable según pasa la noche cotizan una vía cada vez mas divertida y festivalera para canallas y noctámbulos.

Locales como La nueva taberna taurina o Ledesma Nº 5 son ideales para coger fuerzas antes de dejarse caer por el irlandes Mo'r O'rless y el ya mítico Periflú. Este último lugar, a pesar de ser pequeño, acaba resultando ser matón y es allí donde no puedes dejar pasar la oportunidad de llevar a cabo la inmersión a su loca propuesta bailonga donde en su ínfimo espacio no cabe más gente divertida por metro cuadrado. También puedes aprovechar la subida a sus baños a modo de pódium para go-go y darlo todo desde las alturas. Y ahora que hemos entrado en la madrugada y por fin el baile no tiene restricciones y la noche reconquista sus horas perdidas es imprescindible llegar hasta el final de la calle Ledesma, la vía que no deja que te aburras y allí, en sus confines, sin fuerzas para retornar al principio y enfilando la parada de taxi o metro, creyendo que sólo queda lugar para el descanso te das de bruces con la Antigua Cigarrería o lo que es lo mismo, canalleo. Cubatas bien preparados y una selección musical que va desde Alaska hasta Ojete Calor, desde Daddy Yankee hasta Doctor Deseo. Y no queda más remedio que, como arenga el gran Francis, "seguir la fiesta, quemar la vida y morirse en Bilbao."



lunes, 18 de abril de 2022

THE SAINT, EL CLUB NEOYORQUINO QUE MARCÓ EL RITMO EN LOS 80

 


Hubo un tiempo donde Nueva York fue la capital del mundo, dudo si hoy en día lo seguirá siendo. Un tiempo donde la ciudad fue admirada por su poder mediático, cultural, político y económico. Era el lugar donde residía la modernidad, la innovación, donde todo sucedía y en el que el resto del mundo se fijaba para intentar imitar. A mi siempre me llamó la atención su parte antropológica, especialmente la que se desarrollaba en los suburbios, en los márgenes, en los sotanos de sus rascacielos donde la luz no llegaba a entrar.

La Gran Manzana era la Meca mundial de las discotecas y clubs, desde las amplias y pijas hasta las más pequeñas y sucias. Desde las grandes salas de fiesta hasta los antros de mala muerte. Desde sus pistas se crearon escenas maravillosas e historias que han inspirado a innumerables artistas del siglo XX. Una de esas historias es la del club The Saint.

El superclub gay abrió en 1980 con ganas de estirar el chicle setentero de la disco music en un local imponente, las antiguas instalaciones de la Fillmore East, que costó la friolera de cuatro millones y medio de dolares de la época. Gran parte de la cantidad fue aportada por los por entonces concurridos baños gay New Sant Marks, los más grandes del mundo. La discoteca contaba con el mejor equipo de sonido y luces y una cúpula que le sirvió para que la llamaran "El Vaticano" de las discotecas. Al principio intentó recuperar la idea de club selecto en la que sólo sus socios podían entrar a cambio de pagar una elevada cantidad de dinero anual que pronto  tuvo que ser rebajada. En esos inicios de la sala, por allí se dejaban caer hombres homosexuales de alto poder adquisitivo que veraneaban en Fire Island y cuya máxima preocupación era esculpir su cuerpo y dar rienda suelta a sus pasiones sexuales. Muy en consonancia con la música que allí se pinchaba y que pronto evolucionó hacia sonidos más duros, limpios y rápidos dejando atrás la disco music primiegena para adentrarse a los sonido Hi-NRG.  Y es que The Saint fue uno de los espacios de referencia en la ciudad en cuanto a sonido, deejays, diseño y artistas invitados. Sus DJs residentes durante el primer año fueron Alan Dodd y Jim Burgess aunque por su cabina pasaron una multitud de nombres de manera sucesiva. Era una pieza clave en ese  universo extremedamente hedonista y paralelo al de la mayoría de la población, que tenía otros modos de vida, pero que respetaba la libertad de cada cual para hacer de la suya lo que quisiera. Al menos eso fue así hasta bien entrados los años 80 donde una nueva ola conservadurista cambió las tornas de la opinión pública que comenzó a tomar posturas más retrogradas y menos liberales en la mismísima ciudad donde reside la estatua que hace honores a la libertad. En esta nueva tendencia tuvo mucho que ver la epidemia de SIDA cuyas consecuencias ya comenzaban a publicarse en la prensa desde 1981. Ese año The New York Times ya describió como "cancer gay" la misteriosa enfermedad que padecían docenas de homosexuales y que muchos apodaron "la enfermedad de Saint", debido a que varios clientes y asiduos de la discoteca empezaron a padecer infecciones oportunistas cuyo origen se desconocía. Se había iniciado una estigmatización que según avanzaba la epidemia hizo aumentar el rechazo a todo lo relacionado con la homosexualidad en particular y el sexo en general.

 Es el momento en el que The Saint mantiene su decisión de continuar aunque la libertad sexual del primer año se fue perdiendo con progresivamente y de manera paralela al paso de un tiempo que fue muy duro, donde mucha gente murió de manera repentina. Finalmente la discoteca abrió al público heterosexual en 1985 y el ambiente cambió de manera radical, era la degradación. Comienzan las peleas, las reyertas y la putrefacción de esa energía positiva que se consiguió en los inicios. En 1988 se decide cerrar y The Saint lo hace por todo lo alto, en una fiesta que comenzó el 30 de abril y terminó el 2 de mayo. 40 horas de música a cargo de los deejays más populares de la historia de la discoteca en un emotivo evento que congregó en la pista a miles de personas despidiéndose de lo que ha sido uno de los clubs más totales de la historia pero también homenajeando a aquellos que partieron demasiado pronto.



domingo, 27 de febrero de 2022

MÁS MACARRISMO

 

Mi último libro que he devorado con pasión, "Macarrismo", venía precedido por lo mucho que me gustó la lectura de su hermano mayor literario. Iñaki Domínguez, su autor, en plena efervescencia creativa, es el artífice de un nuevo volumen con la temática kinki y garrula que, como digo, comenzó con su "Macarras Interseculares". Con este segundo título retoma la historia de nuestros macarras patrios desde un punto de vista antropológico y da respuesta a diversas cuestiones planteadas entorno al mismo. Desde una posición alejada del purismo, también puritanismo, académico y lo altivo de quien mira por encima del hombro, Iñaki Domínguez hace, de nuevo, un trabajo de campo en el que se integra a base de entrevistas  en un fenómeno pocas veces afrontado para regalarnos una disertación sin moralinas, ni estereotipos. En un terreno tan resbaladizo donde resulta tan fácil despeñarse por el barranco y caer en el romanticismo de tres al cuarto, la victimización infantil o el inútil cliché, el autor se mantiene en pie con dignidad presentando al macarra como un personaje mucho menos encorsetado de lo que pensamos y cuyo barrio, voto, miedos y objetivos no son únicos, ni cerrados.

Amante de los márgenes, esos espacios ocupados por los inadaptados e insumisos, Iñaki Domínguez nos ofrece con este título un verdadero regalo a los que compartimos con él la fascinación por realidades no cotidianas, ni uniformes. Además, en mi caso, consigue traspasar las páginas, tirar abajo esa cuarta pared de la que se habla en el teatro y transmitir una especie de comunión en la que identifico al otro lado de la página a un congénere que sabe lo que es patearse la calle, sus códigos y valores.

Documentar algo tan universal como, a la vez, adherido al ideario español de una manera sencilla de entender, de leer, era una necesidad para dejar patente formas de vida en la España del siglo XX y que, hoy por hoy, se diluyen en este nuevo milenio siendo asumidas por una serie de artistas y modernos para transformarlas en una mera estética, despojando de su significado al macarrismo original, ese que tan bien documenta y explica Iñaki Domínguez. Parece como si él lo hubiera vivido, seguramente porque habrá sido así.

Iñaki Domínguez Fuente: el Mundo


domingo, 20 de febrero de 2022

VUELVE EL BAILE

 Un mes nos separa del segundo aniversario de aquel sábado fatídico, 14 de marzo si mal no recuerdo, en el que Pedro Sánchez se dirigía al país para comunicar el establecimiento del Estado de Alarma y con él la limitación de derechos y libertades individuales en pos de frenar los efectos devastadores de la pandemia de coronavirus. En esos primeros días de encierro nadie atisbaba a las claras lo que sucedería en los siguientes dos años, estos últimos 24 meses llenos de incertidumbre, protocolos, legislación cambiante y cercenamiento de libertad. 

El control de nuestra movilidad y actividad ha sido exhaustivo y sectores como el del ocio nocturno han sufrido las peores consecuencias. Las pistas de baile fueron clausuradas y se decidió que la noche no era el momento para socializar. "Bailar pegados" pasó de ser el título de una canción de Sergio Dalma al primer objetivo de eliminación por parte de las autoridades. Nuestra salud, según nos decían, era la prioridad absoluta y mientras intentábamos parar el COVID a base de encierro y aburrimiento, una nueva ola sanitaria se elevo como un tsunami arrastrando la salud mental de gran parte de la población. Trastornos asociados a la ansiedad y la depresión crecieron exponencialmente, especialmente entre los jóvenes y adolescentes, cuyo modus vivendi fue desgarrado sin medir las graves consecuencias.

El baile, la fiesta y la noche siempre han estado ahí. En las cuevas de Altamira, el Imperio Romano o la II Guerra Mundial la gente danzaba hasta el amanecer. Y siempre han sido más necesarios cuando la vida se hace más insoportable, menos llevadera, tal y como nos ha sucedido en los últimos tiempos. En las treguas los soldados han tenido sus momentos para bailar mientras sonaba la música y no las bombas pero en esta ocasión los altavoces han permanecido en silencio y la gente en sus hogares.

Ahora, parece que por fin, es el momento de volver a llenar las pistas. Las limitaciones en cuanto a horarios y aforos comienzan a levantarse y las salas y clubs anuncian sus reaperturas para ofrecer diversión y fiesta a unos ciudadanos con ganas de salir de casa. Al menos, en un primer momento, se espera un estallido de alegría y jolgorio que veremos si a medio plazo se mantiene en una población cada vez más inducida al individualismo y las relaciones on line donde los espacios de encuentro son sustituidos por frías aplicaciones que nos protejan de los peligros que, a base de miedo, nos han ido inoculando. Acabamos de vivir un precedente en la gestión del poder y manipulación de las masas del que todos somos responsables a partir de ahora para que, en años venideros, no nos lleve por derroteros totalitaristas. Mientras tanto, yo no dejaré de bailar porque hacerlo es un acto de rebeldía frente al control y el miedo.

domingo, 30 de enero de 2022

CUANDO CHANEL, RIGOBERTA Y TANXUGUEIRAS LA LIARON EN BENIDORM

 


Después de estar ayer viendo, a ratos, la gala del Benidorm Fest y tras la enorme polémica que se ha montado a su conclusión, me decido a escribir mi opinión, una entre más en la muchedumbre, de lo sucedido. En primer lugar creo que a nadie le pilla por sorpresa que la consecuente polémica iba a estar servida pasara lo que pasara porque en este mundo digitalizado el gran patio de vecinos que son las redes da para chascarrillo, chisporrotazo o cortocircuito, que es lo que ha sucedido en esta primera edición del Benidorm Fest. 

Resulta que la mayor parte del personal, especialmente entre los eurofans y el hipsterismo (con p, que a veces se confunde) había dos posibles canciones ganadoras. Por un lado la de  Rigoberta y su "Ay mama", por otro el "Terra" de Tanxugueiras. Y cuando todes se daban por satisfeches, llega Chanel (también podría ser Chane) y les adelanta por la derecha llevándose el trofeo de bronce y su pase para representar a España en Eurovisión con el tema electrolatino "Slomo". El moderneo y la progresía de palo se han puesto de uñas y han arreciado una campaña politizada contra lo que proclaman como un tongo de grandes proporciones y lo que es peor, un atentado a nuestra democracia, la diversidad y el progresismo hispano.  Y aquí está lo gracioso del asunto. Las dos primeras opciones también eran mis dos preferidas, especialmente la de las chicas gallegas, porque son dos himnos, son innovadoras, tienen mensaje, hay más autoproducción y por tanto, son más auténticas y artísticas, que es lo que me gusta. Ahora bien, si Chanel ha ganado ha sido por un tema económico. Detrás de ella está la industria musical y su canción es muchísimo más vendible para este verano que las otras dos, o al menos a priori resultará más fácil hacerlo y supondrá menos riesgo. Puro negocio, no hay más. 

Ahora bien, me resulta divertido comprobar como la progresía de salón machaca a Chanel tildándola de carca, casposa, sexista, machista y mil descalificativos más. Si ella no tendría detrás el equipo que tiene no hubiera ganado y eso es injusto pero si nos abstraemos de la vorágine tuitera su propuesta, lejos de ser innovadora, arriesgada, diferente y original, es la que más se asemeja a los postulados progres. Mientras unas creaban himnos (otro motivo por el que debían haber ganado)dedicados a la maternidad, la familia o las diferentes culturas íberas, cuestiones más adheridas a la derecha, la otra hacía lo contrario.  Se trata de una canción de electrolatino, el género que más bailan los jóvenes de toda clase social, especialmente la trabajadora. Y lo defiende una mujer, repito mujer, empoderada y curranta, que sabe bailar y cantar. Una mujer inmigrante que canta en español e inglés, simbolizando el mestizaje y la diversidad, enfundada en un prieto mono que rezuma libertad sexual y cuya composición es idea de  un joven vasco para esta catalana de adopción. Sí, amigues, Chanel representa en la práctica lo que la progresía chachi defiende en la teoría. 

Y tampoco conviene olvidar que Chanel ha ganado el Festival de Benidorm, remozado y refrito pero amigues, es el mismo festival que ganó Raphael, Diango o Julio Iglesias, aquellos casposos que hoy se veneran en cualquier garito de Malasaña.


domingo, 23 de enero de 2022

¿HAY VIDA MÁS ALLÁ DEL REGGAETON?

                                       

El reggaeton sigue siendo la música popular a nivel internacional que más escucha la juventud y esto lleva ocurriendo desde hace ya más de dos décadas. El asunto carece de precedente y sólo el rock puede presumir de un reinado tan extenso aunque con múltiples matices ya que la estética rockera de los años 50 no tenía nada que ver con su evolución durante décadas posteriores y las consiguientes mutaciones en rock sinfónico, rock glam y el hippismo. Pero en el caso del reggaeton pocas o ninguna son las variaciones que se han ido dando de los principios años 2000 respecto a las producciones actuales y esa actitud tan característica muy centrada en la hipersexualización.

Los jóvenes que hace casi dos décadas iban a bailar "Dame más gasolina", "Papi chulo" y demás canciones son hoy los padres de unos adolescentes que siguen enganchados a los mismos ritmos pegajosos y a esas letras tan sexuales, a veces sexistas  y facilonas. En los últimos tiempos sólo el trap está logrando hacer algo de sombra sin desbancar la hegemonía de un género que no quiere irse. El punk, el hippismo, la disco music, el electropop, el bakalao tuvieron su hegemonía en las pistas pero acabaron desapareciendo y perdiendo su título de "sonidos del momento"  por algo tan elemental como el paso de los años y la asunción por parte de los nuevos jóvenes de su propia música, drogas, estéticas o actitudes. Y es que la juventud siempre trae consigo ruptura, el hippy sesentero era viejo para el punkarra de principios de los 80, el que bailaba disco music en los 70 era un carca para los que se dislocaban 10 años después con el acid house pero... ¿no se va a terminar de ir el reggaeton para acabar militando en las filas de la nostalgia?

De momento, todo parece indicar que no. El género se ha englobado en eso que se viene a llamar música urbana, un cajón de sastre donde caben sonidos como el trap, el hip-hop e hibridos que cogen de aquí y de allá, desde la bachata a la rumba, desde el flamenco al pop. Pero donde hay un grueso importante de temas reguetoneros que hacen mantener el sonido en la cresta de la ola entre los jóvenes y no tan jóvenes que continuan con ganas de más baile caliente. ¿Pero se atisba novedades en el horizonte?¿Puede llegar un cambio de ciclo? En diferentes ciudades como París diferentes movimientos con reminiscencias de ciertos setentas van tomando cuerpo entre la juventud más inquieta. Pantalones acampanados y cuerpos flacos, ambiguos, como el de Bowie comienzan a bailar una música que bebe del pop, del glam rock y la música disco e incluso la electrónica en sentido estricto. Veremos que pasará en unos meses venideros donde, después de dos años con restricciones, un mundo demasiado incierto en los socio-político y la irrupción de una generación  que nacieron alrededor del 2005 y cuya vida ha sido una crisis continua. Es el caldo de cultivo perfecto para postulados rupturistas, esperaremos bailando y si es necesario, bailando reggaeton.