domingo, 27 de febrero de 2022

MÁS MACARRISMO

 

Mi último libro que he devorado con pasión, "Macarrismo", venía precedido por lo mucho que me gustó la lectura de su hermano mayor literario. Iñaki Domínguez, su autor, en plena efervescencia creativa, es el artífice de un nuevo volumen con la temática kinki y garrula que, como digo, comenzó con su "Macarras Interseculares". Con este segundo título retoma la historia de nuestros macarras patrios desde un punto de vista antropológico y da respuesta a diversas cuestiones planteadas entorno al mismo. Desde una posición alejada del purismo, también puritanismo, académico y lo altivo de quien mira por encima del hombro, Iñaki Domínguez hace, de nuevo, un trabajo de campo en el que se integra a base de entrevistas  en un fenómeno pocas veces afrontado para regalarnos una disertación sin moralinas, ni estereotipos. En un terreno tan resbaladizo donde resulta tan fácil despeñarse por el barranco y caer en el romanticismo de tres al cuarto, la victimización infantil o el inútil cliché, el autor se mantiene en pie con dignidad presentando al macarra como un personaje mucho menos encorsetado de lo que pensamos y cuyo barrio, voto, miedos y objetivos no son únicos, ni cerrados.

Amante de los márgenes, esos espacios ocupados por los inadaptados e insumisos, Iñaki Domínguez nos ofrece con este título un verdadero regalo a los que compartimos con él la fascinación por realidades no cotidianas, ni uniformes. Además, en mi caso, consigue traspasar las páginas, tirar abajo esa cuarta pared de la que se habla en el teatro y transmitir una especie de comunión en la que identifico al otro lado de la página a un congénere que sabe lo que es patearse la calle, sus códigos y valores.

Documentar algo tan universal como, a la vez, adherido al ideario español de una manera sencilla de entender, de leer, era una necesidad para dejar patente formas de vida en la España del siglo XX y que, hoy por hoy, se diluyen en este nuevo milenio siendo asumidas por una serie de artistas y modernos para transformarlas en una mera estética, despojando de su significado al macarrismo original, ese que tan bien documenta y explica Iñaki Domínguez. Parece como si él lo hubiera vivido, seguramente porque habrá sido así.

Iñaki Domínguez Fuente: el Mundo


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