Hace dos días la prensa local de Bilbao se hacía eco de la inauguración de Qu&Do, lo que aparentemente es una nueva discoteca en la ciudad. Y escribo “aparentemente” porque el local tiene ya una larga historia en la noche bilbaina. El hecho es que este artículo ya lo tenía escrito hace unas semanas con el afán de recordar esta pequeña discoteca y, sorpresas de la vida, me doy de bruces con su reinauguración antes de que lo llegase a publicar. Y es que el caso del Qu&Do tiene cierta particularidad porque mientras determinados clubs y discotecas permanecen en la memoria colectiva, otros, por más éxito que hubiesen tenido en su momento, no son recordados con tanta intensidad. Es lo que le sucedió a la discoteca Qu&Do de Bilbao, cuya historia es recuperada a través de este post que coincide con su vuelta a la actividad jaranera.
En el número 2 de la calle Ibáñez de Bilbao se ubicaba una pequeña sala en los años 90 que se puso tan de moda que entrar en ella resultaba una misión imposible. Dicen los que saben del jolgorio y la fiesta que llevaba sonando la música allí desde la década anterior. Abría sus puertas a eso de medianoche y en pocos minutos la cola para entrar ya era considerable. Nada más cruzar la entradita había que bajar unos escalones y acceder a su planta rectangular. A la izquierda quedaba una gran barra y al fondo otra más pequeña con una curiosa ventana desde donde se podía pedir. Justo arriba de ella teníamos un balcón compartido con la cabina del deejay desde donde se atisbaba lo concurrido de su parranda.
Y entre ambos espacios discurrían unos largos pasillos con asientos que hacían de chillout para quienes querían bajar el ritmo del baile o darse algún que otro arrumaco. El ambiente era, en su mayoría, de cierta edad, a partir de los 30 años, pero con una energía festivalera maravillosa. En cuanto a la música se tiraba de mucha pachanga, también de salsa, pero según pasaban las horas comenzaban a pincharse temazos eurodance que ya no cesaban hasta su cierre, a eso de las cinco de la mañana. Con el nuevo milenio, el garito perdió fuelle y según tengo entendido cambio de gerencia para finalmente desaparecer.
Al cabo del tiempo, en el año 2016, resurgió con un cambio de concepto acompañado de nueva imagen y diferente nombre, había nacido Shake! En plena ola indie se posicionaron como una alternativa de calidad musical en la noche de la capital vizcaína y ofrecieron conciertos en directo y DJ sets con sonidos variados y alternativos desde el rock al pop, desde el soul al disco. Regresó el éxito al número 2 de Ibáñez de Bilbao durante un tiempo. Adrián Medrano, uno de los socios de la Fever, fue su principal impulsor y por allí se dejaban caer clientes como Carolina Durante, Sidonie, Ladilla Rusa o Nacho Vegas, entre muchos otros. LLegó a actuar la hoy archiconocida Bad Gyal. Pero la pandemia de COVID y, sobre todo, la presión vecinal terminó por obligar a echar el cierre, en 2023, a un proyecto que removió la noche.
Desde entonces desconozco si el garito se mantuvo abierto o no. Ahora regresa con su nombre original y a los mandos se encuentran dos hermanas, Silvia y Carmen García, que se han propuesto recuperar una pista de baile olvidada, renovada y dispuesta a consolidarse como club de referencia en la ciudad. Gracias a emprendedoras como ellas, Bilbao continúa bailando.
foto con las hermanas García en el Qu&Do Fuente: El Correo

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