Si en el siglo XX hubo en Bilbao un barrio con mucha marcha ese fue Deusto, al menos en lo que se refiere a las últimas tres décadas. Antes, San Francisco y su archiconocida calle Cortes repleta de bares y cabarets ostentaba semejante título pero con la llegada de la heroína y el exponencial aumento de la criminalidad en la zona, los noctámbulos comenzaron a buscar nuevas zonas de ocio nocturno.
Lo que hasta entonces era una ladera de monte lleno de huertas y vida rural se urbanizó y se convirtió en una de las zonas más bulliciosas de la ciudad, por el día, y por la noche. Cafeterías, restaurantes, tiendas, bares, cines...la calle Lehendakari Aguirre no tenía nada que envidiar a la Gran Vía y el boom mundial de las discotecas explotó allí como en pocos lugares.
Holiday, Garden y Tiffanys abrieron entre finales de los años 60 y principios de los 70 para convertirse en vértices de un triángulo marchoso y noctámbulo cuya fama traspasó fronteras. Eran conocidas en todo el país y parte del extranjero. No era para menos, se trataban de salas de fiesta enormes, modernas y con una decoración acorde a la época y cuidada hasta el último detalle. Por sus escenarios pasaron los mejores, los artistas más populares del momento dieron brillo a neones integrados en la memoria colectiva de miles de vizcaínos y foráneos. Lola Flores, Raffaella Carrá, Julio Iglesias, Tom Jones, Ricki Martín y un largo etcétera de estrellas hicieron bailar a, por lo menos, tres generaciones de discotequeros.
Junto a estas salas que mantuvieron lustre y poderío hasta entrado bien el nuevo siglo había dos zonas de marcha ubicadas en el mismo barrio. Luzarra por un lado, repleta de bares de corte rock y punk y las Galerías de Deusto por otro, una pequeña zona cubierta llena de pubs con una oferta tendente a la electrónica. Y por si todo esto fuera poco, La Jaula, en el cercano barrio de San Ignacio, y Chentes hicieron de la noche de Deusto interminable, en sentido literal. Y es que los horarios se fueron alargando hasta que en los años 90 el cierre de las grandes discotecas se producía a las 7 u 8 de la mañana, cuando, en plena ola bakaladera, el personal no estaba dispuesto a irse a casa. De ahí que varios locales se reconvirtieran en afters, como el Vivaldi, y así las noches se encadenaban haciendo más atractivo el asunto y más grande el desmadre.
Con la llegada del nuevo milenio,las protestas vecinales, la persecución policial y el cambio de costumbres fueron sumiendo a la noche deustoarra en una decadencia provocada por una fiesta que ya duraba más de treinta años y cuyo ambiente se enrarecía por momentos. Los síntomas de agotamiento eran evidentes pero este partido tenía prorroga y el público latino llegó a Deusto para llenar las pistas de baile. En sus altavoces comenzó a sonar bachatta, cumbia y reggaeton, La Jaula fue el Chic y luego Privee y Chentes pasó a llamarse Fania. Con la crisis económica de 2008 y el aumento de la delincuencia asociada a la fiesta con dos asesinatos de enorme impacto para la sociedad bilbaina, la noche de Deusto terminó por hundirse y sus neones se apagaron del todo y para siempre, los neones de una historia que es parte de la historia de Bilbao.
3 comentarios:
28 años en Garden...... si yo hablara
La Jaula no se convirtió en el Priveé.
La Jaula estaba en Ibarrikolanda y el priveé en Elorrieta.
La Jaula es un taller mecánico desde el año 90.
poquito más de informarse para poder informar bien...
Así fue Javier, la Jaula fue mucho antes que la Privee...y en otro lugar, Jaula en Ibarrekolanda...Privee en Elorrieta
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