viernes, 25 de abril de 2025

COMIENDO EN "CASA CAVESTANY"

 

En pleno tsunami de podcasts donde cuesta levantar la cabeza para mantenerse a flote en lo que se ha convertido en una nueva moda, hay uno de ellos que me llama especialmente la atención y al que sigo de manera periódica desde casi, casi su creación. 

Alojado en el canal de Youtube de Subterfuge y con audiencias discretas se esconde esta joya audiovisual que bien merece la pena. Su ritmo pausado, su brisa libre, el ambiente relajado y la transversalidad de sus invitados le hacen ser un espacio diferente, un oasis en medio del grito, la polaridad y tanto maniqueísmo impostado. 

A todo ello se le suma una particularidad más, se trata del primer gastro podcast donde se sientan a la mesa sus tertulianos y mientras se charla se come y bebe sin florituras, ni pitiminís. Comida tradicional y castiza, la de las casas de nuestras madres y abuelas. Desde los estudios Alfonso Santiesteban de la Calle Almirante de Madrid para el resto del mundo se nos invita a compartir mantel y batallitas a través de la Red. 

A los mandos del asunto y repartiendo pan, licor de café y turno de palabra se encuentra Carlos Cavestany. Él es licenciado en Ciencias de la información y su trayectoria profesional ha estado vinculada al mundo de la comunicación, especialmente de la empresa privada. Pero desde hace más de cuatro años se mantiene al frente del podcast “Casa Cavestany” donde preside la mesa en cada capítulo y entabla tertulia con nombres muy populares de nuestro país y otros que no lo son tanto para diseccionar cualquier ámbito, especialmente el cultural. 

Esta casa es un refugio donde puedes degustar los ricos entresijos de la intrahistoria audiovisual contada por sus propios protagonistas, esos que la vivieron en primera persona y que en otros espacios más convencionales plegados a lo políticamente correcto no dejan lugar para saborear unos discursos complejos y enriquecedores, opuestos al relato oficial y el simplismo al que estamos demasiado acostumbrados. 

El mundo de las discotecas, la industria de la televisión, la movida madrileña, el macarrismo son algunos de los variopintos temas que se van abordando para condimentar o servir de guarnición a un elemento principal en el plato, la música. 

Lo reconozco, lo mío con Casa Cavestany es gula. 


Foto promocional de uno de los programas.

domingo, 13 de abril de 2025

EL RESURGIMIENTO DE VALENCIA

 

Valencia parece resurgir de manera progresiva y desde hace ya un tiempo para recuperar una posición de privilegio, como la que antaño tuvo dentro de la escena  clubbing, con nuevas propuestas en viejos espacios que un día constituyeron una ruta de diversión, baile y cultura alternativa.  

Barraca y Chocolate, tal y como sucedió en los años 80, han vuelto a ser pioneras, marcando el camino de esta renovación que va más allá de un revival rutero y ahora se cumplen dos años de la reapertura de otra conocidísima sala, Spook Factory. 

El murciélago vuelve a sobrevolar la carretera del Saler y lo hace después de cuatro décadas de altibajos, desde aquel ya lejano 1984 donde la discoteca San Francisco dejó de lado la pachanga y la canción ligera que tanto gustaba al veraneante playero para abrazar la vanguardia musical en busca de sonidos oscuros integrados en lo siniestro, la EBM, el postpunk y estilos que no estaban presentes en las pistas de baile más convencionales. 

Tras venirse abajo la Ruta Destroy y criminalizarse la noche valenciana, la sala se mantuvo abierta de manera intermitente a través de la organización de distintas fiestas, con su alquiler para eventos y siempre manteniendo el estigma bacalaero como una losa pesada que incapacitaba alzar de nuevo el vuelo. Hasta que la revisita del fenómeno rutero y su puesta en valor por parte de las nuevas generaciones de clubbers han empujado a un grupo de valientes creativos a establecer una propuesta que mantenga los mismos cimientos y valores del Spook ochentero, pero con sonidos, tecnología y propuestas que encajan con los movimientos electrónicos alrededor del techno de los jóvenes actuales más inquietos. 

En la sala se ha conseguido llevar a cabo algo más que un lavado de cara. Es toda una remodelación en la que se han configurado varios espacios diferentes, se ha respetado la filosofía estética del año 84 para encajarla a los nuevos tiempos y se está programando diferentes fiestas y actividades donde se logra atraer diferentes targets, pero siempre con la idea de volver a colocar a Valencia en el mapa de la vanguardia musical y cultural, igual que sucedía décadas atrás. Se trata de consolidar un espacio para que el underground actual pueda desarrollar en el presente sus proyectos musicales sin estar anclados, ni supeditados a lo regido por la masa, cerca de la ciudad y configurando una alternativa a lo establecido. Recuperar, en definitiva, el vuelo del murciélago desde una Valencia con carácter cosmopolita y rupturista, esa vieja nueva Valencia. 

Foto del diario Las Provincias

viernes, 4 de abril de 2025

LA HISTORIA DEL HIMNO "FLYING FREE"

 

En los años 90, el bakalao valenciano se transformó. Se radicalizó pasando de un eclecticismo sónico a la omnipresencia de una música electrónica industrial y contundente. Masificada la Ruta Destroy, los poderes fácticos la criminalizaron para perseguirla y desde ámbitos internos se mercantilizó desvirtuando su originalidad.  

El movimiento bacala desplazó su capitalidad a Barcelona donde se creó un circuito de discotecas que evolucionaron hacia los postulados más rudos de la música de baile y estableció una nueva movida con su propio sonido: la música máquina. 

Psicódromo, el proyecto de Nando Dixkontrol, abrió el camino y detrás le siguieron nombres tan emblemáticos como Scorpia, Pont Aeri, el 8, XQ? o Chasis, entre otros. 

En ese ámbito, después de una década de beats contundentes y acelerones melódicos, surge un tema que va más allá del movimiento y trasciende. Estamos hablando del "Flying Free".

Pont Aeri era, para entonces, una de las catedrales de la música mákina. El éxito de asistentes era masivo a finales de los 90 y su merchandasing se expandía como un subidón sinfín. Tal y como hacían otras salas de la época, la disco de Terrasa vendía recopilatorios con los éxitos que sonaban en su pista. Pero para el volúmen 4, sus discjockeys, Xavi Metralla y Skudero quisieron hacer algo especial, crear un tema de producción propia que fuese una especie de single comercial para dar a conocer todavía más la sala. 

A los hermanos Escudero se le unió en la producción DJ Ruboy y la voz femenina que cantaba sobre los 158BPMs es la de Marian Dacal. 

La canción apareció en el "Pont Aeri vol, 4" que fue publicado en mayo de 1999 y pasó totalmente desapercibida aquel verano. Cuando sus precursores daban la idea como un fracaso, sin saber el por qué, a partir de otoño cada vez era más pedida, más bailada y unas semanas después ya se había convertido en un gran éxito. Esas navidades apareció en numerosos recopilatorios pero nadie se podía imaginar que la mayor popularidad llegaría superado el fenómeno maquina y con Pont Aeri cerrado.  

Con el nuevo milenio, en la década de los 10, Pont Aeri comienzó a sonar en pubs y discotecas cuando tímidamente se empezaba a hacer notar la música remember. A medida que van pasando los años la canción conquista nuevos espacios como verbenas, bares, cotillones y cualquier fiesta que se precie. Pont Aeri había trascendido el fenómeno máquina y su época para convertirse en un clásico del imaginario popular español. Estaba a dos notas de convertirse en un himno y eso sucedió en el 2020, dos décadas después de comenzar a sonar en Pont Aeri. 

En marzo, mientras permanecíamos encerrados en nuestras casas por la pandemia de COVID, se instauró el fenómeno de compartir música entre la comunidad e incluso llevar a cabo sesiones de deejays para amenizar. Hubo varias canciones que se repitieron como “Resistiré”, “Sobreviviré” y “Flying Free” Desde entonces el tema de Pont Aeri se convirtió en un clásico de la música popular española que cada vez que lo bailamos nos hace volar libres. 

Tienes el video de la historia de Flying Free AQUÍ