En pleno tsunami de podcasts donde cuesta levantar la cabeza para mantenerse a flote en lo que se ha convertido en una nueva moda, hay uno de ellos que me llama especialmente la atención y al que sigo de manera periódica desde casi, casi su creación.
Alojado en el canal de Youtube de Subterfuge y con audiencias discretas se esconde esta joya audiovisual que bien merece la pena. Su ritmo pausado, su brisa libre, el ambiente relajado y la transversalidad de sus invitados le hacen ser un espacio diferente, un oasis en medio del grito, la polaridad y tanto maniqueísmo impostado.
A todo ello se le suma una particularidad más, se trata del primer gastro podcast donde se sientan a la mesa sus tertulianos y mientras se charla se come y bebe sin florituras, ni pitiminís. Comida tradicional y castiza, la de las casas de nuestras madres y abuelas. Desde los estudios Alfonso Santiesteban de la Calle Almirante de Madrid para el resto del mundo se nos invita a compartir mantel y batallitas a través de la Red.
A los mandos del asunto y repartiendo pan, licor de café y turno de palabra se encuentra Carlos Cavestany. Él es licenciado en Ciencias de la información y su trayectoria profesional ha estado vinculada al mundo de la comunicación, especialmente de la empresa privada. Pero desde hace más de cuatro años se mantiene al frente del podcast “Casa Cavestany” donde preside la mesa en cada capítulo y entabla tertulia con nombres muy populares de nuestro país y otros que no lo son tanto para diseccionar cualquier ámbito, especialmente el cultural.
Esta casa es un refugio donde puedes degustar los ricos entresijos de la intrahistoria audiovisual contada por sus propios protagonistas, esos que la vivieron en primera persona y que en otros espacios más convencionales plegados a lo políticamente correcto no dejan lugar para saborear unos discursos complejos y enriquecedores, opuestos al relato oficial y el simplismo al que estamos demasiado acostumbrados.
El mundo de las discotecas, la industria de la televisión, la movida madrileña, el macarrismo son algunos de los variopintos temas que se van abordando para condimentar o servir de guarnición a un elemento principal en el plato, la música.
Lo reconozco, lo mío con Casa Cavestany es gula.
Foto promocional de uno de los programas.