domingo, 1 de junio de 2025

LA CULTURA DE LOS CLUB KIDS EN EL MADRID DE LOS 90

Cuando definitivamente terminó la fiebre provocada por la Movida Madrileña y Barcelona, a finales de los años 80, volvió a acaparar el interés por los nuevos movimientos musicales del momento, la capital española proyectaba una imagen durante la década de los 90 cercana a la de un páramo decadente donde se hablaba de inseguridad, aburrimiento y mal rollo. Daba la impresión de que se estaba viviendo una especie de pesada resaca después de tanto colorido, tanto petardeo y tanta fiesta modernosa. Pero nada más lejos de la realidad, a nada que se buceara en su underground podías encontrarte con fenómenos tan atractivos como el que ocupa este artículo. Me estoy refiriendo al fenómeno de los Club Kids y la pequeña escena de música electrónica asociada. Una tendencia llegada desde la ciudad de Nueva York donde unos jóvenes llevaban una vida regida por el exceso ya sea en cuanto a la estética, el sexo o el consumo de drogas. Su filosofía asentada en el hedonismo exacerbado y el nihilismo abrupto propició su rechazo por parte de la mayoría social. Algo en cierta manera buscado por unos tipos descarriados con ganas de salir del redil e ignorar las pautas de las normas y convenciones establecidas. Aun así, el fenómeno supuso un influjo creativo brutal que acabó influenciando a muchos artistas del momento. 

En Madrid, se recibió ese fenómeno como en ningún otro sitio y los Clubs Kids encontraron su hogar en lo que ellos llamaban houses para escuchar, precisamente, ese estilo musical, house. Hay que decir que, en Madrid, desde finales de los años 80, existía un circuito de pequeñas discotecas, como Voltereta, muy entroncadas con la cultura de club donde sonaba tecno o house, algo muy underground pero con una efervescencia brutal. Eran propuestas muy influenciadas por la primigenia Ruta del Bacalao valenciana donde el ambiente era excelente, aunque con el paso del tiempo la violencia fue en aumento, especialmente en la segunda mitad de los 90.  

Pero volviendo a la escena propiamente de los Club Kids, la mayoría de sus seguidores pertenecían al colectivo LGTB y una de sus mayores activistas y promotoras fue Alaska.   Cansada de ser la reina de la Movida, abandonó su trono para, acompañada de Nacho Canut, fundar Fangoria y militar en la escena más underground pero a la vez más interesante e impetuosa de la música electrónica. Otro nombre propio imprescindible en el embrollo fue el de Dani Pannullo, quien tras llegar desde Argentina con el previo paso por Estados Unidos creó en 1994 el club House of Devotion junto al dj Tony Rox. Al principio empezaron los lunes en VillaRosa, un tablao flamenco al que no fue nadie. Después, con Alaska como madrina, se trasladaron a Morocco los jueves y allí la cosa funcionó. Tras el éxito abrieron otras propuestas como Bali Hai donde la libertad era absoluta y los estilismos exagerados. No había límites y se respiraba una hipercreatividad total. Otro de los asiduos, que llegó a ser go-gó  del House of Devotion era David Delfín y también sus amiga y novia de Tony Rox, Bimba Bosé. Pedro Pascal era otro de esos estrambóticos Club Kids que no dejaban de bailar a deejays como Oscar Mulero, más asociado al techno pero que también pinchó en aquellas locas noches. 

Era cultura clubbing en estado puro, una postura ante la noche, ante la vida, una representación teatral, un performance artístico. En 1997 cerró la House of Devotion y el house comenzó a, paulatinamente, establecerse como una música mainstraim. La pequeña fiesta Goa creció y era el momento del inicio de nuevo siglo en el que Madrid comenzó a recuperar, de nuevo, el interés frente a Barcelona de la inquietud underground y los diferentes fenómenos asociados. 

Los Club Kids se quedaron en el olvido y prácticamente no tenemos información de ellos en Internet. Un tiempo después, la cultura resurgió, con una evolución a conceptos diferentes pero influenciados como lo trash y lo dragg en fiestas como que Trabaje Rita. Pero eso es ya otra historia. 

Fuente foto: Marina del Mar en El Mundo

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