miércoles, 2 de octubre de 2019

CELEBRANDO LOS 40 AÑOS DE LA SALA SOL


Desde este pasado mes de septiembre la legendaria sala Sol celebra sus primeros 40 años de vida y con motivo de tan redonda efeméride han organizado unas semanas con programación especial llenas de conciertos, clubbing y fiestas varias. Así que era inevitable acercarme por las traseras de Gran Vía y, escaleras abajo, imbuirse en el siempre impredecible y divertido ambiente del histórico local madrileño.
En esta ocasión el escenario, a primera hora, estaba reservado al Gran Wyoming y Los Insolventes con un directo lleno de clásicos del rock que hizo vibrar a un público entregado que llenó la sala desde muy primera hora de la noche. Y cuando el asunto estaba en todo lo alto, por la selección musical y la actitud del eterno Wyoming, por la banda de estupendos músicos que le acompañaban, en ese momento, cuando pensábamos que eramos incapaces de aguantar tanta camisa floreada, sobre las tablas apareció Jorge Sanz para acompañar con su armónica a la hora de tocar Johnny B. Goode.
Y es que, como dijo el del barrio de la Prospe,  "Aquí le tenéis, no está muerto el cabrón. Miradle, si parece el hijo de Conan". Rock en estado puro.
Al finalizar el concierto nadie se marchó a casa, era el momento de disfrutar del DJ set más ecléctico y manchego del mundo, el de Joaquín Reyes. A la sesión se quedó la pléyade noctámbula y jaranera capitaneada por otro grande, Ernesto Sevilla. Y así, temazo tras temazo, quemando zapatilla, agotamos la noche en uno de los mejores lugares para hacerlo, la sala Sol.

Joaquín Reyes cortocircuitando

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