jueves, 21 de febrero de 2019

HA NACIDO DÍSCOLO CLUB



Para que una ciudad sea considerada como tal es necesario una noche acorde a ella. Al contrario que los pueblos, las urbes se caracterizan por el bullicio, el dinamismo, el intercambio y la gente, gente que va y viene, gente de todos los sitios que se encuentra, gente diferente que convive y respeta. Eso es para mi la ciudad, de día y de noche. 
Y es que la ciudad es vida, es vida diurna y nocturna, porque ciudad se es siempre, ya sea bajo el sol o la luna. Por eso la gran ciudad no duerme, ella acoge y tolera. Y como tal, Bilbao siempre tuvo un neón encendido, un bar abierto, una pista en la que bailar. Hoy la cosa se complica, dejamos perder la industria para hablar de cosas ajenas a nuestra idiosincrasia como el turismo ¿En Bilbao? Sí, ahora debemos ser una ciudad de servicios, un destino cultural. Eso sí, la noche nos la cargamos y nos enroscamos bien la txapela porque de la agitación y diversión noctámbula nos olvidamos. De esta manera languidecemos como epicentro urbano del arco atlántico teniendo como vocación diluirnos en una más de las capitales de provincia. 
Y como buen bilbaino me revelo, me sublevo ante el final de la noche vizcaína y como si de una militancia se tratara, he creado una nueva propuesta para insumisos del aburrimiento y la imposición del home saturday. Por eso he creado el club Díscolo. Un lugar de encuentro vertebrado desde las redes sociales para salir de ellas y vernos en el mundo real. Para compartir ratos, escuchar buena música, bailar, bailar y bailar. En breve os espero bajo una bola de espejos. De momento toca organizarnos, Díscolo Club ya está aquí. Comienza la revolución. Seamos díscolos.




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