Este sábado pasado tuve pinchada en una fiesta de temática retrohits con el objetivo de no dejar parar de bailar a los asistentes. Los temazos que lancé abarcaron desde los años 70 del siglo XX hasta la actualidad y aunque hubo tiempo para la disco music, el house, el rock, la rumba, el pop en español, el electroclash, el electropop, la new wave, el EDM, alguna pachanga que otra y pinceladas de reggaeton, el grueso fue para el eurodance noventero. La última década del siglo tuvo su protagonismo y prevalencia absoluta en la noche de mi sesión, pero sucedió algo que me ha dado para recapacitar y escribir este artículo.
El hecho es que el formato era propicio para que el personal se me acercara a hacer peticiones y aunque a la mayoría les encantó mi propuesta, hay quien no estuvo conforme porque para ellos mi música no era noventera. Yo en mi cabeza alucinaba, ¿qué hay más noventero que Gala, Sash!, OBK, Ku Minerva, Corona y ese largo etc que os podéis imaginar? Y me dieron la respuesta. Hay quién me hablaba de Green Day, otros de Barricada, de M-Clan e incluso de Gloria Estefan. Y efectivamente tenían razón.
Los setenta se recuerdan como la década de música disco, los 80 como la del pop y los 90 han llegado a nuestros días como la del dance. Y lo ha hecho contra todo pronóstico porque os puedo asegurar que muchísimas personas no la escuchaban, es más, la repudiaban. Por aquel entonces tuve que escuchar tantas y tantas veces la recriminación de quien no entendía el fenómeno discotequero ni su banda sonora. La crítica aborrecía todo aquel movimiento y se daba por hecho que aquellas canciones eran un producto de usar y tirar, carente de alma y perdurabilidad en el tiempo. Pero precisamente, el tiempo ha sido, una vez más, quien ha quitado y dado razones. Y en cuanto a la música, la nostalgia y el recuerdo han idealizado una década en la que, no todo el mundo iba con plataformas a bailar estilos electrónicos. Esos son mis 90 pero vamos a recordar esos “otros” años 90.
-El punk mantuvo su inercia ochentera en la década siguiente y, por ejemplo, en Bilbao el RRV y el movimiento de los gaztetxes siguieron teniendo muchísimo empuje. La Polla Records o Negu Gorriak sonaban a todo trapo.
-En una escena más internacional pero que tuvo sus seguidores, muchos, por cierto, se encuentra el grunge. La evolución del punk hacia este género propició la aparición de Green Day, Nirvana, Pearl Jam y, en cierta medida, Offspring, entre mucho otros.
-Más rock pero el que interpretaban M-Clan, Héroes del Silencio o Extremoduro.
-Las Boys Bands, si los 90 te pillaron en la preadolescencia, con guaperas formando grupos como los New Kids on The Block, One DIrection, Jonas Brothers o los Back Street Boys. Y todos con permiso de ellas, las Spice Girls.
-La salsa y otros ritmos latinos. Una de las asistentes me recordó aquel fenómeno, antes de que se produjera en España una inmigración masiva y el tsunami reggaetonero, de la aparición de pequeñas discotecas y discobares con música latina para ser bailada por autóctonos. Se puso de moda en aquel momento, especialmente en un público más maduro, a partir de los 30, el ir a bailar merengue, bachata y especialmente salsa. Para ella, la que me recordó todo aquel tinglado, Juan Luís Guerra y Gloria Estefan eran dos nombres que tenían que sonar en mi sesión sí o sí.
Como veis, los 90 no sólo fueron chumba chumba. Y desde luego en el chumba chumba se englobaban cosas tan dispares como la máquina, el trance, house, harddance, ambient, electro, dreams, techno y decenas de estilos e hibridaciones inclasificables.
Por eso siempre es interesante no simplificar épocas, escuchar a quienes las bailaron y, especialmente, escuchar música de todo tipo para enriquecernos y disfrutar de ella.
Foto de Jesús Cordero encontrada en Billboard