Hay en Madrid un nuevo garito, muy logrado, que adopta los postulados de los speakeasy para hacerlos suyos y consigue crear una storytelling que permite disfrutar de una gran experiencia.
Resulta que mi amiga Vero me dio el chivatazo al contarme que junto a la plaza de la Luna se esconde un bar clandestino en el que, al traspasar sus puertas, inicias un viaje en el tiempo a los felices años 20, en concreto a los años donde la ley seca y las mafias imperaban en los Estados Unidos. Al llegar a la dirección indicada y llamar al timbre de su discreta puerta un señor con un machete de gran tamaño nos dio la bienvenida, asegurándose que no éramos integrantes de la pasma y dejando claro que el antro es una tienda de antigüedades.
Tuvimos que descubrir la clave para entrar en el bar y ya en su interior comprobamos que todo estaba decorado al detalle, siendo fiel a la época que pretende reflejar. El servicio es de 10 y una vez acomodados en nuestra mesa, solicitamos adquirir una de esas antiguallas que, a riesgo de mi vida correr peligro, os diré que en realidad son unos cokctails riquísimos. Otro punto divertido es el momento de encontrar el baño, que para despistar a quienes buscan pruebas de que el antro es un bar, se ubica tras un cuadro de grandes dimensiones, todo para intentar no levantar sospechas. En cuanto a la música, en el gramófono suena temas soul, jazz, motown, blues y todo lo que se bailaba hace 100 años en los peores locales de Chicago. Al irnos juramos a los mafiosos gestores del negocio que no desvelaríamos el secreto pero me debo a mis lectores y @badcompany_1920 es un lugar que no quiero dejar de recomendaros para ir con malas compañías, que siempre son las mejores. Varias cosas más, si os acercáis por allí no digáis que yo os lo he dicho, aseguraros que no os sigue la pasma y memorizar esta contraseña: "somos 3 carteros".
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