Para que una ciudad, en mi opinión, tenga tal consideración es necesario que en ella sucedan cosas. Es necesario que se desarrolle un dinamismo en diferentes ámbitos, sea foco de creatividad, bulla la actividad social, económica y por supuesto cultural. Por eso es importante que en las ciudades existan personas promotoras de proyectos y propuestas de todo tipo, diferentes y arriesgadas, divertidas y únicas. En Bilbao una de esas personas es Iñaki Bustamante. Iñaki regenta, junto sus hermanos, el emblemático restaurante Miren Itziar ubicado en el castizo barrio de Atxuri y continua la estela que dejó su madre, que ya es mucho decir. Pero, por otro lado, además, Iñaki tiene una trayectoria de décadas en el mundo del espectáculo botxero, donde lleva subido en sus escenarios desde los años 90.
Ahora, toda esa experiencia, le sirve para ser creador de una propuesta difícil de encorsetar en la palabra “concierto” que tendrá lugar en la sala Bilborock este próximo 10 de octubre a partir de las 20:00. Y es que lo de este jueves es la idea de un artista ajeno a las grandes promotoras, a los grandes circuitos de música en directo, a los estadios llenos. Es algo más intimista, más personal, más libre y original. Los modernos le llamarían performance pero a Bustamante, con sus propias palabras, le parece “un espectáculo ecléctico con diversos estilos, una especie de vodevil.”
Y para perpetrar su propuesta no estará sólo, encima de las tablas contará con músicos y coristas. En los tiempos del Autotune y playback se agradece el esfuerzo de quien sigue apostando por la música en directo, sin trampa ni cartón. Los cambios de vestuario serán constantes y seguro que nos dejarán con la boca abierta, es marca de la casa. Los estilos a interpretar por Iñaki y compañía serán variados, desde la balada hasta el electropop, desde la rumba a alguna canción tradicional vasca. Algo tan complejo y poco habitual, donde la dificultad para seguir un hilo conductor y otorgar cierta unidad al show es máxima. Todo con el fin de hacer bailar al público, de emocionarle y lograr que pase un rato maravilloso. Poco más se sabe de qué tiene preparado Bustamante y es mejor que sea así, sorprender es parte del show, una muy importante, donde nada es previsible y no sabes qué va a suceder a cada minuto.
Es un show que rinde tributo al show, un espectáculo que rinde tributo a la música popular, de aquí y de allá, una propuesta de un bilbaino jaranero e inquieto, de esos que tanto necesitamos para que Bilbao siga siendo una ciudad donde pasen cosas, cosas como la de este jueves, auténticas y desprejuiciadas, donde acudir es un placer, pero casi, hasta una militancia, la de militar en la farándula y el espectáculo.
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